viernes, 2 de mayo de 2014

Capítulo 8: Sospecha y traición



Sentada en clase, Eri observaba a Reima/Derain explicando la lección que tocaba pese a que no le prestaba mucha atención. Su mente estaba distraída por la historia contada el día anterior por Akira.
-Eri...Eriiiii...Eriiiiiiiiii... –después de intentar llamar su atención en tres ocasiones, Luka optó por lanzarle una goma de borrar a su amiga.
-¡Ay! ¡L-Luka!
-¿Estás bien, Eri? Pareces un poco baja de moral. ¡No me digas que Akira-kun te ha hecho algo!
-¡¿Por qué demonios iba a hacerme algo?!
-No sé...te veo a ti de esa forma y él no viene a clase. ¡Suena a que te acosó sexualmente y entonces vino la policía y...! ¡Ay!
Una mano golpeó la nuca de la chica.
-Deja de inventar sandeces, harás que la gente piense mal sobre los demás.
-No tenías que golpearme tan fuerte, Shiina... –se quejó su amiga acariciándose la zona afectada.
-En cualquier caso, Eri, si tienes algún problema no dudes en contar con nosotras. O por lo menos conmigo...
-¡Shiina, no seas cruel!
-Gracias, chicas.
Para su desgracia, la demonio no podía contar nada de lo que estaba ocurriendo. No era sólo que prefiriera mantenerlas al margen de todo aquello sino que tampoco era algo que pudiese decirse si que se diesen lugar a consecuencias.

Durante el descanso las tres amigas se reunieron, juntando sus respectivos escritorios.
-También es bastante raro que no haya venido Asari-sensei.
-Ni ella ni Akira-kun.
-¿Creéis que esos dos están en algún tipo de relación o...? ¡Ay!
-¡Qué no digas eso!
-Shiina...si sigues pegándome así me vas a arrancar la cabeza...
-La tienes demasiado dura como para que algo así suceda.
-E-en cualquier caso, seguramente no sea nada importante. Quizás sólo tengan que atender unos asuntos. Hioni-sensei, por ejemplo, sí que ha venido.
-¿Huh? ¿Qué tiene que ver él con todo esto?
-¿Eh? E-esto...nada...
-¿Seguro que te encuentras bien, Eri?
-S-sí, n-no hay ningún problema.
-Chicas...
Irrumpiendo en la conversación apareció Kaoru.
-¿Sabéis algo de Akira?
Las tres amigas negaron con la cabeza.
-Hace dos días que no aparece y cuando le llamé al móvil no me contestó.
-Qué extraño... –comentó Luka llevándose una mano a la barbilla- Esto cada vez se vuelve más sospechoso. Oíd, ¿qué os parece si vamos directamente a casa de Akira-kun? Seguro que sus padres saben algo.
-¡Pffff!
Eri escupió parte de su bebida sin querer, tosiendo poco después.
-¡N-no...!
Sus tres compañeros la miraron como si estuviera loca.
-¡N-no creo que sea buena idea!
-¿Por qué? –preguntó Shiina dándole un pañuelo a su amiga.
-Gracias...bueno...podríamos molestarlos...y más si él está enfermo...
-Pero al fin y al cabo le tendremos que dar los apuntes y deberes que nos han mandado, ¿no? Estoy seguro de que ni a él ni a sus padres les molestaremos si vamos con ese propósito –señaló Luka.
-Em...esto... –Eri no sabía como contrariar sus palabras.
-Por una vez estoy de acuerdo con Luka. Vayamos después de clases pues.
-¿Después de clases? No creo que pueda...he quedado con Hioni-sensei para preguntarle algo acerca de la asignatura y... –intentó objetar Eri.
-No te preocupes. Le pediremos a sensei que también venga con nosotros.
-Estoy segura de que estará demasiado ocupado como para poder venir con nosotros...

-Claro. Iré con vosotros –contestó Reima/Derain.
-Entonces decidido. Después de clases nos reuniremos en la entrada para dirigirnos a casa de Akira-kun –sentenció Shiina.
Por su parte, Eri se acercó al imp para poder hablarle sin que la escuchasen sus compañeros.
-¿Se puede saber por qué has aceptado?
-¿Por qué? ¿No debería?
-Si van a casa de Akira y hacen que sus padres se den cuenta de que no está, las cosas se pondrán muy difíciles.
-Ah...es por eso...no creo que tengas de qué preocuparte. ¿De verdad piensas que Akira haría algo sin cubrirse las espaldas?
-¿A qué te refieres?
-Ya lo verás. En cualquier caso ahora tengo excusa para largarme antes de aquí.
-No eres muy trabajador tú, ¿verdad? –comentó la demonio dando un resoplido.

Sin muchos contratiempos salvo los de convencer a Derain de que no fumara mientras fuese con alumnos, finalmente llegaron a la casa de su compañero. Shiina fue la encargada de llamar al timbre y contestar a la madre de Akira.
-Mi nombre es Ibuka Shiina. Soy compañera de Akira-kun y delegada de la clase. Unos compañeros y yo hemos venido para darle los apuntes y deberes de estos últimos días a Akira-kun. Nos gustaría saber también si se encuentra bien.
Eri esperaba una respuesta de sorpresa por parte de la mujer, sin embargo fue ella quien se sorprendió en su lugar.
-Claro, pasad, pasad.
La demonio miró a Reima/Derain quien, despreocupadamente, parecía distraerse con el jardín de la casa de los Haga...
-Un momento...el apellido del padre de Akira-kun también era Haga. ¿Significa que los padres adoptivos también son parientes?
-Parientes lejanos pero sí, lo son.
-¿Eso quiere decir que también son demonios?
-No, son humanos aunque no desconocen la existencia de los demonios.
-¿Cómo es eso posible?
-Los mestizajes han existido desde épocas lejanas. La posibilidad de que las raíces de una misma familia se dividan en una rama de demonios y otra de humanos no es algo imposible. Aunque puede resultar poco conveniente ya que ambas ramas pueden acabar odiándose debido a las diferencias entre especies.
-Ya veo.
-En cualquier caso no tienes de qué preocuparte. Esa mujer conoce bien a Akira, así que no dirán nada que suene extraño –explicó Reima/Derain.

Los invitados entraron en la casa donde los recibió una mujer de cuarenta y pocos, pelo negro y rasgos amables.
-Lamento deciros que mi hijo no se encuentra en este momento en casa. Estos días ha tenido que ocuparse de algunos recados por parte de mi marido relacionados con su trabajo. Últimamente ha estado muy ocupado y Akira le echa una mano para que pueda cumplir con todos los encargos. Siento las molestias causadas –dijo la madre de Akira dirigiéndose a Reima/Derain.
-No importa pero asegúrese de que se incorpora a las clases lo más rápido posible.
“Seguro que tú y Asari-sensei también habéis metido algo de mano en esto”, pensó Eri mientras posaba los ojos sobre su falso profesor.
-Entiendo. Entonces dejaremos aquí las cosas y nos marcharemos.
-¿No queréis tomar algo? Ya que os habéis molestado en venir hasta aquí.
-No, muchas gracias. Tenemos que irnos.
-De acuerdo, como queráis.
Cuando se disponían a marcharse, la madre de Akira le hizo una señal a Eri para que se quedase. Ésta se mostró algo extrañada pero hizo caso a la petición de manera que ambas se quedaron a solas.
-Tú debes de ser Eri-chan.
Ella asintió.
-Pese a que vosotras habéis sido amigas de mi hijo durante bastante tiempo me cuesta reconoceros –la mujer rió-. Habéis crecido mucho desde la última vez que os vi.
Si bien cierto era que ellas tres conocían al chico desde hacía tiempo, no había ocurrido lo mismo con sus familiares, a los cuales había visto en contadas ocasiones. Aunque tampoco es que Akira hablase mucho sobre ellos.
-Gracias por cuidar de mi hijo durante todo este tiempo.
-Bueno...en realidad debería decir que me ha cuidado más él a mí –comentó la chica recordando el incidente con Ryouta.
-Lo sé. Ese chico es demasiado amable. No dejes que haga ninguna tontería...
-Claro...
Por mucho que no fuese su madre biológica se notaba que estaba preocupada por él. La chica se sentía un poco mal de no estar todavía capacitada para ayudar a su hijo.

-¿Qué es lo que te ha dicho? –preguntó Luka una vez les hubo alcanzado.
-Nada importante...
-Bueno, ahora que ya sabemos donde se encuentra no tenemos motivos para seguir investigando...
-Mm...no sé...a mí me sigue pareciendo un poco raro...
Todos giraron la cabeza hacia Kaoru.
-¿A qué te refieres?
-No sé, puede que sólo sea una suposición pero tengo la sensación de que nos ha engañado.
-N-no digas tonterías. ¿Por qué su madre iba a hacer algo así?
-No lo sé...por eso digo que es una suposición...
-Dudo mucho que mintiera, y mucho menos sobre algo así. Dicho esto me voy, tengo cosas que hacer –dijo Shiina.
-Yo también me retiro –corroboró Luka- ¿Huh? ¿Y Hioni-sensei?
Cuando quisieron darse cuenta, el profesor ya había desaparecido.
-Parece que se ha esfumado en cuanto ha tenido oportunidad... –murmuró Eri- Será mejor que nosotros nos vayamos también, Fujita-kun.
-¿Eh? Ah, claro.
El chico parecía distraído. Probablemente pensando todavía en lo que acababa de decir. ¿Se habría imaginado algo sobre lo de Akira?
-Bah, tonterías... –se dijo a sí misma.

En un lugar apartado de la ciudad, Haga Ryouta estaba esperando a alguien. Para pasar más desapercibido había decidido adoptar una forma humanoide pese a que sus cuernos todavía eran visibles.
Al cabo de un tiempo apareció ante él un hombre. La oscuridad impedía verle bien pero sabía de quien se trataba: la persona que le había ayudado a salir de aquella prisión.
-Te veo bien, Ryouta.
-Cállate.
-Vaya, no eres un tipo muy amigable. Y eso que te ayudé a salir de “Cerberos”.
-Te estoy agradecido por ello pero eso no significa que confíe en ti, humano.
-Tu rencor hacia los humanos es temible...pero eso me gusta de ti.
-¿A qué te refieres?
-Verás pese a ser lo que soy estoy bastante harto de la sociedad humana. Ya sabes, siempre rechazando aquello que desconocen e iniciando guerras contra ello sin ni siquiera pararse a pensar en si realmente es bueno o malo. Los humanos son tan primitivos que dan pena.
-... –Ryouta se quedó en silencio mientras aquel hombre despotricaba contra su propia especie.
-Así que cuando me enteré de que tú también odiabas a los humanos pensé “¿por qué no pedirle ayuda? Quizás junto a él pueda darles a los humanos por fin una lección”. Como ves tenemos el mismo objetivo.
-Entiendo... ¿qué propones pues?
-Verás, existe una manera para obtener un poder el cual te permita destruir a los humanos sin que nadie pueda detenerte.
-No necesito coger poder de ninguna parte.
-¿Ni siquiera para enfrentarte a “Darkblade”?
-...
-Incluso con tu fuerza te sería imposible ganarle.
-... ¿cómo consigo ese poder?
-Necesitas absorber el Setten de los demonios que hay en esta ciudad.
-¿Absorber el Setten de los demonios?
-Exactamente. Matarlos y quedarte con su energía vital.
-Jamás haría algo así.
-Vaya, pues es una pena. Supongo que entonces tu venganza quedará reducida a sólo un estúpido deseo. En fin, iré a hacer tratos con otro demonio que sea capaz de matar a los humanos.
-¡Espera! ¡¿Acaso no me consideras capaz de cumplir mi venganza?!
-Bueno...no pareces muy dispuesto a ello por lo que veo...
-Bien. Dime qué tengo que hacer para absorber el Setten del resto de demonios.
-No te preocupes. De eso me encargo yo. Tú limítate a eliminarlos a fin de que el Setten pueda ser extraído.
-...de acuerdo...
-Así pues hemos cerrado el trato –juntando sus manos complacido, el hombre se dio la vuelta y se dispuso a marcharse.
-Una cosa más...
-¿Sí?
-Todavía no me has dicho tu nombre.
-Oh, cierto, que modales los míos por no haberme presentado –tras decir esto agacho la cabeza en señal de saludo-. Encantado de conocerte, Haga Ryouta. Puedes llamarme Judas...

Kaoru caminaba en soledad hacia su hogar.
-Te agradecería que dejaras de seguirme –dijo el chico deteniéndose en mitad de a calle.
-Me preguntaba cuánto tardarías en descubrir que te estaba siguiendo. La verdad es que no está mal para alguien tan joven.
Apareciendo detrás de él, un imp encendió un puro y se lo llevó a la boca.
-Derain “Dreambuster”...
-Ja. Hacía tiempo que nadie me llamaba por ese apodo. Ni siquiera “Darkblade”.
-¿Qué es lo que quieres de mí?
-Puesto que nos centramos en la búsqueda de demonios parece ser que no nos percatamos de tu presencia. Sólo me preguntaba qué busca alguien como tú en un lugar como éste.
-¿Sólo eso? Vaya pregunta más estúpida. Vivo aquí luego voy al instituto como cualquier adolescente normal y corriente...
-Pero no eres un adolescente corriente, ¿me equivoco?
-...
-Estoy seguro de que ese no es el único motivo...
Kaoru sonrió.
-Lo único que puedo decir es que tengas cuidado. No sé lo que es pero algo está empezando a cocerse, y es algo que escapa a todo control, incluido el del mismísimo “Darkblade”.
-¿Algo que ni siquiera “Darkblade” puede controlar?
-Así es. Defended a los demonios de este mundo, de lo contrario su extinción no tardará en llegar...
Dicho esto el chico continuó su camino, dejando al imp con los brazos cruzados y apoyado sobre una de las paredes que limitaban las calles. Su expresión se encontraba entre la confusión y la preocupación.
-Temo que las cosas se estén moviendo en nuestra contra. Será mejor que te des prisa, Reima...

-Buff...no hay nada como una ducha después de un largo día –dijo Shiina mientras se vestía e iba directamente a su habitación.
Fue en ese momento cuando la voz de una mujer la llamó.
-¡Shiina!
-¡Sí, mamá!
-¡Me tengo que ir a hacer un recado! ¡Cuida de la casa mientras tanto!
-¡Vale!
Se escuchó el ruido de la puerta cerrándose.
-Desde luego...seguro que se le ha olvidado algo y ha tenido que ir a comprarlo a última hora. Esta mujer no va a cambiar nunca...
No pasó mucho tiempo cuando el timbre de la casa sonó. Shiina se encontraba leyendo en ese momento por lo que se dispuso a recorrer el espacio que separaba su habitación del recibidor para abrir la puerta.
-¿Quién es?
Al abrirla una niña pequeña hizo acto de presencia frente a la chica.
-¿Mai-chan?
-¡Onee-chan!
La pequeña se lanzó a abrazarla, aunque debido a su pequeña estatura sus brazos sólo rodearon las piernas de la joven.
-¿Qué haces aquí?
Separándola de sí misma poco a poco, Shiina intentaba entender por qué aquella niña estaba allí en ese momento. La pequeña era una niña que vivía en su barrio. Sus padres y los de la pequeña tenían buena relación y más de una vez la chica había tenido que ocuparse de su cuidado mientras ellos estaban fuera.
Mai tenía un cabello muy largo y rubio. Según recordaba Shiina, debía de tener unos cinco o seis años y solía mostrarse como una niña muy cariñosa y simpática.
-Me he escapado de casa.
-¡¿Qu-qué diablos estás diciendo?!
El teléfono comenzó a sonar.
-Espera un momento, Mai-chan.
La niña asintió. Por su parte la chica se dirigió hacia el aparato y lo descolgó.
-¿Diga?
-¿Shiina-chan?
-¡N-Nomura-san! ¡Esto...Mai-chan...!
-Lo sé. Está allí, ¿verdad?
-Sí...
-Esa niña...
-¿Qué ha pasado?
-¡Hemos tenido una discusión y antes de que pudiese darme cuenta ha salido corriendo fuera de casa! ¡La he estado buscando por todas partes! ¡Menos mal que está allí!
Shiina resopló.
-¡Ahora mismo iré para allá y le daré una buen sermón!
-Quizás será mejor que espere. De lo contrario puede que vuelva a salir corriendo. ¿Qué le parece si esta noche se queda en mi casa y mañana la llevo yo misma para allá?
-¡Pero...eso sería...!
-No se preocupe. No me molesta. Ahora mismo estará enfadada pero estoy seguro de que mañana estará tan arrepentida que le pedirá disculpas por haberse escapado.
-...
Se hizo el silencio durante unos momentos al otro lado del teléfono.
-Bien...de acuerdo...cuídala bien entonces...y que no se acueste muy tarde...
-Tranquila. Ya sabe lo acostumbrada que estoy a cuidar de ella.
-Gracias.
-No hay de qué. Hasta mañana.
Colgando el teléfono, Shiina se acercó a Mai.
-Bueno, por esta noche te quedarás a dormir aquí pero mañana por la mañana tú y yo tendremos que mantener una buena charla, ¿vale?
Sin comprender del todo la situación, la niña asintió y acompañó de la mano a la joven.

Mientras tanto, un hombre que presentaba un par de cuernos en la cabeza se situó frente a la casa.
-Empezaré a reunir el Setten...

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