viernes, 19 de septiembre de 2014

Capítulo 18: Contra el fuego



-Esa llama, no es normal –declaró Akira.

El fuego se concentraba alrededor de Luka alzándose hacia el cielo entre naranja y rojo. Al contrario de lo que pensaría cualquier persona al verlo, éste no quemaba la hierba que había alrededor, como si de algún modo se hubiese vuelto intangible.
-¿Alguna sugerencia? –preguntó el medio demonio a sus aliados.

En ese momento, la descendiente de Sorath abrió la boca, provocando que frente a  ella otra llama tomase forma y fuese disparada hacia delante.
-¡Uah! –apartándose del camino, los tres la esquivaron. No obstante, ésta fue seguida de otra serie, impidiéndoles dejar de moverse si no querían acabar achicharrados.
-¡No parece que nos esté dejando mucho tiempo para pensar, ¿no crees?! –exclamó Agramón.
-¡Algo tendremos que hacer! –Akira volvió a evadir otro ataque que fue a parar a uno de los árboles el cual comenzó a arder- ¡Oh, mierda!

Entonces, Eri dibujó una especie de símbolo en el aire y al momento apareció una manguera en sus manos, la cual estaba conectada a un grifo. A partir de éste, el agua recorrió la manguera hasta ser expulsada por el extremo de la misma, acabando con la llama antes de que se propagase.
-¿Una manguera? –se quedó perplejo Akira.
-¡E-es lo primero que se me ha venido a la mente, ¿vale?! ¡Para que algo se materialice tengo que tener el objeto muy bien definido en mi cabeza, de lo contrario no pasará nada! ¡Uah!

Dejando el utensilio en el suelo, la chica consiguió esquivar otro ataque en el último momento.
-¡Si pudiese materializar cualquier cosa a mí se me habría ocurrido una nube con lluvia o algo así! ¡De esa manera los árboles adyacentes también se mantendrían húmedos, ¿no?!
-¡Perdona por ser una idiota, ¿vale?!
-¡¿Queréis callaros los dos?! ¡No es momento para discutir! –replicó Agramón mientras continuaba corriendo intentando que no le alcanzase el fuego, el cual había comenzado a extenderse por la hierba.

Una nube de pequeño tamaño apareció sobre el área en la que se encontraban, haciendo desaparecer el fuego con la lluvia que comenzó a caer a partir de ella.
El grupo de tres finalmente consiguió reunirse en el mismo punto una vez las llamaradas se hubieron detenido.
-¿Ves? Eso ha sido mejor.

Eri le lanzó una mirada furtiva al chico quien dibujó una sonrisa irónica y decidió dejar el tema para no hacerla enfadar más.
-Sea como sea, si vuelve a empezar con esas llamaradas lo tendremos crudo... –indicó Agramón.
-Creo que tengo una idea para acercarme hasta ella. Eri, ¿hasta donde alcanza tu poder?
-Siempre y cuando no sean cosas muy grandes o complejas no tendré problemas al materializarlas. Pero sólo podré mantenerlas durante un periodo de tiempo limitado.
-Bien, entonces creo que puede resultar. Necesito que materialices cuernos en mi cabeza.
-¿Cuernos?
- Sí. ¡Eh! ¡Agramón!
-Qué...
-Tú serás la distracción...

Segundos después, el zorro comenzó a moverse atrayendo la atención de Luka, quien no dudó en volver a disparar contra él.

Por otra parte, Akira presentaba ahora dos cuernos en su cabeza y parecía estar concentrado. Una fuente de electricidad comenzó a acumularse en la pequeña nube que había materializado Eri. Fue entonces cuando un rayo descendió y cayó encima del medio demonio.
-Esa es... –comenzó Eri.
-...la técnica de mi padre –sentenció el chico.

En décimas de segundo se situó justo delante de la descendiente de Sorath quien, sorprendida, recibió un puñetazo que la lanzó varios metros hacia atrás, dejándola acostada sobre la hierba.

El joven se acarició la mano, pues el fuego que rodeaba a Luka le había quemado.
-¿Cómo es posible que me haya quemado a mí y no a la hierba?

Incorporándose con cierta dificultad por el golpe recibido, la demonio se encaró a su oponente. En ese instante, el medio demonio creyó ver una macabra sonrisa procedente de la sombra, lo que le produjo un escalofrío.

Fue entonces cuando el color de la llama que la rodeaba se tornó azul. Y haciendo uso de una gran velocidad propiciada por sus cuatro extremidades, se dirigió de frente contra Akira, quien consiguió esquivar el golpe gracias a que todavía mantenía su habilidad pero sintió como un dolor intenso aparecía en la parte más cercana a la chica, mostrándose como la piel era quemada al instante.

Dándose cuenta de esto, se alejó hasta situarse de nuevo junto a Eri y Agramón.
-¡Akira-kun! –exclamó Eri posando una mano sobre la zona que había sido quemada, manchándola de sangre- ¿Qué ha ocurrido?
-Es como el Sol...
-¿Huh? –la chica no entendía a qué se refería.
-La temperatura de la superficie y sus alrededores es muy alta, probablemente a diferencia de la del interior. En el estado en el que se encuentra ahora si te acercas a ella te pasará lo que a mí...
-Pero, no lo entiendo, por qué sólo te ha afectado a ti y no a la hierba o a los árboles.
-Creo...que la llama que la rodea es diferente que la que ha utilizado para lanzar esas llamaradas. Es como si fuese una barrera que únicamente la protege contra aquello que ella considera peligroso.
-Entonces...es imposible llegar hasta ella...
-Si intentamos tocar la superficie de su llama con nuestras manos, éstas se carbonizarán al instante...

La súcubo levantó la cabeza para observar cómo su amiga se movía lentamente hacia ellos, sabiéndose dominante en aquella batalla.
“Maldita sea...tengo que hacer algo...pero, ¿qué? Piensa, Eri, piensa...”

De repente, la descendiente de Sorath inició la carrera, disponiéndose a quemarlos al lanzarse sobre ellos como un león en plena caza.
-¡Agra-chan, coge a Akira-kun!

Mientras gritaba estas palabras, la chica se subió encima del zorro a la vez que éste cogía con su boca al joven herido y lo situaba sobre su dorso.
-¡Vamos, corre!
-¡¿Qué?!
-¡Rápido!

Acelerando con la musculatura de sus patas traseras, el demonio consiguió evitar que los alcanzase, no obstante, eso no impidió que les pisase los talones mientras corrían a través de la arboleda.
-¡¿Y ahora qué propones?! –preguntó Agramón mientras intentaba dejar a Luka atrás.
-¡Creo que se me ha ocurrido una idea! ¡Aunque no sé si funcionará!
-¡Genial! ¡Esas son las ideas que más me gustan! –respondió con ironía.
-¡Primero tendremos que despistarla y atraerla de nuevo hacia el sitio de antes! ¡Si puedo mantener la nube hasta entonces, lo conseguiremos! ¡Akira-kun, voy a necesitar tu ayuda! ¡¿Cómo te encuentras?!
Incorporándose levemente, el medio demonio levantó el pulgar.
-¿¡Podrías decirle que volviese a su forma humana!? ¡Nos está alcanzando! –se quejó Agramón, quien, con el peso de la transformación de Akira apenas podía mantener un buen ritmo.

Escuchando esto, el chico volvió a la normalidad, sin embargo, esto le llevó a toser fuertemente.
-¡¿Qué ocurre?!
-No te preocupes...en mi estado humano la herida me afecta más al tener menos resistencia física, pero los soportaré.
-¡Tenemos que darnos prisa, Agra-chan!
-¡Eso es muy fácil decirlo! ¡Cuidado!

Atravesando un estrecho producido por varios árboles en fila, el trío vio como una mano de una anchura equiparable al tamaño del zorro en ese momento, y cubierta de fuego azul, tomaba forma a partir de la llama que rodeaba a su perseguidora y se cernía sobre ellos.

Apoyándose en uno de los troncos, Agramón se impulsó de manera que únicamente fueron quemados algunos pelos de la cola.
-¡Uah! ¡Me quemo!
-¡Tranquilo! ¡Sigues entero! ¡Gira a la derecha por aquí! –exclamó Eri agarrándose con fuerza al demonio.

Éste obedeció la orden, esquivando otro intento de caza de aquella mano, pero, por más que corría y corría, seguía siendo acosado por Luka.
-Así no llegaremos a ningún lado...si pudiésemos retenerla de alguna forma...
-Según éste las llamas que lo cubren sólo nos afectan a nosotros y no al terreno, ¿verdad?
-¿Huh? –la joven se sorprendió ante las palabras de Agramón- S-sí...eso dijo...
-Jeje...entonces veremos si le gusta esto.

Llegando a una zona donde el espacio que había entre los árboles era más estrecho, el zorro realizó profundos arañazos en la parte más baja de los troncos, provocando que estos se balancearan al perder punto de apoyo por la zona arrancada. Éste proceso fue repetido con los siguientes mientras el zorro se movía en círculos, vigilando que continuase siendo perseguido.

Cuando volvió a pasar por los primeros troncos a los que les había hincado sus garras, éstos se precipitaron hacia el trío, quienes estaban a punto de ser cogidos por su perseguidora.
-¡Ahora!
Salvando la mayor distancia posible con la mayor fuerza de salto que le permitieron sus patas, Agramón logró atravesar el hueco dejado por los troncos antes de caer encima de la descendiente de Sorath, que quedó atrapada debajo.
-¡Uah! ¡Es genial, Agra-chan!
-Siempre se me han dado bien las trampas. Y ahora salgamos de aquí antes de que se libere.

Llegando de nuevo al lugar de inicio, Akira y Eri se bajaron del demonio animal. Acto seguido, la joven retiró el aura roja que había puesto sobre él.
-¿Huh? ¿Qué estás haciendo? –preguntó mientras recuperaba la forma del pequeño zorro.
-Voy a necesitar todo el Setten posible para hacer lo que tengo pensado.

Tras esto, volvió a dibujar un símbolo en el aire, haciendo aparecer un rifle calcado al que usaba Asari.
-Toma –dijo mientras se lo entregaba a Akira.
-¿Q-qué diablos quieres que haga con esto? –preguntó el chico.
-¿Alguna vez has disparado un arma?
-B-bueno, Asari me enseñó algo sobre cómo disparar...
-Suficiente entonces.
-¡Espera! ¡¿Pretendes que dispare esto?! ¡Jamás he disparado algo de este tamaño!
-Pues ahora tendrás que hacerlo.
-Pero...
-No queda tiempo, y a la nube que materialicé antes no le queda mucho para desvanecerse, así que escuchad bien lo que os tengo que decir...

Finalmente, Luka llegó hasta el claro donde habían estado luchando antes. No había nadie esperándola, por lo que empezó a moverse hacia delante despacio, vigilando constantemente sus alrededores.

De repente algo apareció en la distancia, desplazándose a la misma velocidad que ella. A lo lejos no se podía estar seguro de qué se trataba, pero era alargado y de color negro, además parecía tener un tamaño considerable.

Fue avanzando unos cuantos pasos cuando pudo distinguirla. Con unas patas alargadas y varios pelos saliendo de ellas, antenas que temblaban a cada paso que daba, ojos de color rojo y cuerpo duro; una gigantesca cucaracha caminaba sobre el extenso mar de hierba.

Como si algo la hubiese paralizado, la demonio se detuvo en seco, incapaz de continuar su camino, observando con ojos exorbitados lo que tenía delante.
-¡Ahora!

En ese momento apareció Eri desde detrás del insecto, moviendo sus alas para desplazarse a mayor velocidad a la vez que trazaba varias líneas con sus dedos, dando forma a una especie de figura geométrica. Tras esto, un bloque de hielo hexagonal surgió justo encima de su contrincante cayendo en dirección a la cabeza. No obstante, la llama que la rodeaba evaporó la estructura tras convertirla en líquido.
-¡Akira-kun!

Un rayo cayó desde la pequeña nube, aterrizando detrás de una de las rocas. Tras esto, el chico hizo acto de presencia, apuntando a la descendiente de Sorath con el rifle e intentando mantener a raya su propio pulso a la vez que observaba su objetivo por la mirilla.
-¡Vamos! –gritando esto, el chico hizo pasar la electricidad del relámpago al arma, disparando una bala que se dirigió a la velocidad de la luz hacía el objetivo, consiguiendo acertarle en el hombro y dando lugar a que saliese despedido hacia atrás hasta chocarse contra otra de las rocas del escenario.

Después del impacto, la llama se esfumó, quedando únicamente el cuerpo inconsciente de su amiga.

-¡Luka! –la súcubo intentó correr hasta situarse a su lado pero las fuerzas le fallaron y cayó al suelo, desvaneciéndose su forma demoníaca y volviendo a la normalidad- Maldita sea...

El joven, por su parte, se acercó a la Eri y, con las manos libres del recién desaparecido rifle francotirador, la ayudó a levantarse, dándole apoyo con su hombro.
-Te llevaré hasta allí...

Ya junto a su amiga, la demonio comprobó el pulso de ésta para asegurarse de que seguía viva, profiriendo un suspiro de alivio tras posar los dedos sobre su cuello.
-¿Cómo sabías que la bala atravesaría la llama?
-Realmente no estaba segura de si lo conseguiría. Ya te dije que tenía la sensación de que una parte de Luka seguía consciente, así que quería intentar llegar hasta ella –mientras explicaba esto, Agramón, se unió a ellos en su forma de zorro-. Fue entonces cuando pensé en el poder de Agra-chan. Quizás si conseguía sorprenderla haciendo que se enfrentase a lo que más temía, su poder se debilitase, y entonces sólo tendría que reducir lo máximo que pudiese la temperatura de su llama para que la bala pudiese atravesarla. Además, si ésta iba lo suficientemente rápida habría más posibilidades de conseguirlo.
-De ahí lo de la improvisada railgun...
-Jejeje...
-Ha sido peligroso, Eri. El efecto podría haber sido muy destructivo...además... ¿qué habría pasado si hubiese fallado el tiro?
-Sabía que lo lograrías. Confiaba en ti.
-Ah... –resopló él a la vez que cerraba los ojos y se rascaba la nuca-. Bueno, en cualquier caso parece que todo ha salido bien...
-Sí... –dijo la chica observando a Luka.

De repente una red se cernió sobre Akira, pillándolo desprevenido y atrapándolo en el acto.
-¡¿Qué?! –exclamó cayendo al suelo debido a la fuerza del objeto.
-¡Akira-kun! –la demonio intentó levantarse para socorrerlo pero todavía no había recuperado sus fuerzas.

En ese momento, un hombre se acercó a ella como salido de la nada y la golpeó en la cara con la culata de su rifle.
-¡Gah!
Acto seguido, el hombre agarró sus muñecas y le puso unas esposas, inmovilizándola con su propio peso. Con la mejilla presionada contra el suelo, la joven pudo ver como otro hombre agredía a Agramón, dejándolo inconsciente para después lanzarle otra red.

Junto a los recién llegados iban dos individuos que destacaban sobre los demás. Uno era bastante musculoso y llevaba la cabeza rapada, con un tatuaje en el centro de la misma; y el otro vestía una túnica negra a través de la cual sólo se le veía la boca.

-No está mal. No está nada mal. Creo que hemos capturado unas buenas presas, chicos.
-Ellos dos son demonios puros. El otro es un medio demonio.
-Ya veo. Estoy seguro de que nos darán una buena paga por su venta.
-Espero que no te olvides de nuestro trato.
-No te preocupes. Soy un hombre de palabra.
-¡¿Qui-quienes sois?! ¡¿Qu-qué estáis haciendo aquí?!

El de la cabeza se acercó a Eri, a quien le costaba mucho hablar por el peso de quien tenía encima.

El hombre la agarró del pelo y le levantó la cabeza.
-¿Nunca has escuchado hablar de los “cazatesoros” como nosotros? Nuestro ayudante nos avisó de que aquí había mercancía interesante que podríamos vender a los traficantes en el mercado negro. Vuestros órganos y cuernos nos darán un buen puñado de monedas, ¿sabes?

La chica apretó los dientes sintiéndose impotente.
-No te preocupes. Sufres un poco al principio...pero se te pasará... –dicho esto la soltó y dio media vuelta- ¡Bien, chicos! ¡Cargadlos y larguémonos de aquí!
-Me temo que no puedo dejar que os los llevéis...

La mirada de todos los presentes se posó en dos figuras que acababan de llegar. Una de ellas era un pequeño imp en cuya mano había un puro, el cual no tardó en encender con uno de sus dedos; y el otro era un chico de pelo castaño, corto y alborotado, y que tanto Eri como Akira conocían bien.
-¿Kaoru? –se sorprendió el medio demonio.

Capítulo 17: Descendiente de Sorath



Durante unos momentos, Eri y la que anteriormente había sido su amiga se observaron. La chica todavía seguía incrédula y sin saber bien qué hacer.

Por su parte, la transformada Luka giró la vista hacia Mizuki y posteriormente volvió a fijarla en Eri.
-¿Qué te ha ocurrido...? –levantando la mano lentamente, la joven la acercó a su mejilla, pero, justo cuando estaba apunto de tomar contacto con ésta, Luka se dobló sobre su estómago, gruñendo de una manera sobrenatural.

Fue entonces cuando Mizuki abrió los ojos.
-¿L-Luka-chan?
Despejándose un poco más de su sueño, la chica pudo ver cara a cara el cambio que había pegado la aludida, lo que causó un grito de terror por su parte.

-¿Qué ha sido eso? –alarmado, Akira giró la cabeza hacia el foco del sonido. Momentos después, una figura salió corriendo desde una de las tiendas, desplazándose con sus cuatro extremidades.

Viendo que se dirigía hacia ellos, el medio demonio se puso en medio para evitar que Kazuma y Nanako se viesen involucrados. Lo que no esperaba era la fuerza sobrehumana con la que, de un manotazo, lo lanzó hacia uno de los laterales aquella sombra de movimiento animal, provocando que se diese de espaldas contra el suelo.

Situándose justo enfrente de Kazuma, dejándolo sentado, indefenso y sorprendido por el repentino encuentro, se dispuso a atacarle, sin embargo una fuerza impactó contra su costado, alejándolo de ellos.
-¿H-Hioni-sensei?
-Siempre ocurre la acción en el lugar en el que no estoy... –se quejó Reima/Derain mientras encaraba a Luka- Así que eras tú...

Cerca de allí, un ser de mayor tamaño que caminaba sobre grandes brazos como lo haría un gorila se situó detrás de la transformada chica, impidiéndole el paso.
-Esta vez no me pillarás desprevenido –dijo Akira habiendo adoptado su forma demoníaca.
No obstante, una vez consiguió vislumbrar de quién se trataba, se quedó casi sin habla.
-Luka...

Aprovechando la ocasión, la chica se lanzó contra él, el cual no tuvo más remedio que hacerse a un lado para evitar que le golpease, dejándole espacio para que huyese entre los árboles del valle.
-Mierda... –volvió a quejarse Derain.
-¡¿Qué era eso?! –exclamó Kazuma intentando mover uno de sus brazos para señalar hacia los árboles, retractándose al observar la figura de Akira- Ah... ¡¿qué está pasando aquí?!

La normalmente silenciosa Nanako se hallaba sentada de rodillas agarrada fuertemente al brazo del chico, mirando de un lado a otro alarmada.
-Más problemas...lo que faltaba... –quejándose por tercera vez en poco menos de cinco minutos, Derain se llevó una mano a la frente al darse cuenta de lo que suponía que esos dos hubiesen visto a los demonios. Pero aún había más. Saliendo de la tienda junto a Mizuki, Eri llegó hasta donde se encontraban los demás.
-¡Luka era el demonio! –exclamó corriendo hacia ellos.
-Ya nos hemos dado cuenta, no lo digas a voz en grito o el trabajo se nos acumulará –se irritó el imp que ya empezaba a hartarse de las continuas desgracias- Ha huido entre los árboles...
-Entonces, ¿esa era...? –Mizuki todavía no terminaba de creer lo que sus ojos habían visto. Suficiente con que había conseguido mantener una mínima compostura.
-Pero... ¿cómo es posible? –preguntó Eri.
-Creo tener una ligera idea... –comentó Derain.
-No será... –especuló Akira.
-No hay otra posibilidad.
-En cualquier caso, tenemos que seguirla –propuso Eri.
-Bien, nos repartiremos. Akira, Agramón y tú comenzad la persecución. Yo iré a avisar a Asari para que se quede con los entrometidos...
-¡¿Entrometidos?! –replicó Kazuma.
-...y os seguiré después.
-¡Me ha ignorado completamente!
-De acuerdo.
-¿Alguien nos va a explicar lo que pasa? Espera, ¡¿tú eres Akira-kun?! –Mizuki cambió su expresión al ver al demonio de considerable tamaño.
-Ahora no es momento para entretenerse. Ya se os explicará después. ¡Vamos! ¡Moveos!
Tras esto, el grupo de tres se marchó perdiéndose por el mismo sitio por el que había desaparecido Luka.

-¿A qué se refería Derain, Akira-kun? –mientras esquivaban los troncos de los árboles y guiados por el medio demonio, los dos se movían siguiendo el rastro de Setten dejado por su amiga- Dijo que tenía una ligera idea de lo que podría haberle ocurrido a Luka...
El joven se mantuvo un tiempo en silencio antes de contestar.
-¿Recuerdas cuando te hablé de que a veces surgen hijos de demonios que no presentan características de ellos?
-Sí, “Stray Devils”...
-Así es. Digamos que Luka podría ser el caso contrario.
-¿El caso contrario? ¿Te refieres a hijos de humanos con características de demonio?
-Sí...
-Pero, no lo entiendo. Que yo sepa, Luka nunca ha mostrado ninguna característica o poder que demostrara que fuese una demonio.
-El Setten y las características físicas de los demonios no tiene por qué mostrarse desde el nacimiento. Al estar relacionado con la genética y las mezclas producidas entre demonios y humanos a lo largo del tiempo, el despertar puede darse a partir de cierta edad. No lo había pensado pero, probablemente, las molestias que sentía tenían que ver con los cambios que se estaban produciendo en su cuerpo.
-No sabía nada... –se apenó Eri.
-No es tu culpa. No conocías sobre ellos así que es lógico que no pudieses evitarlo. Por ahora centrémonos en encontrarla y reducirla, tal y el estado en el que está no parece consciente de sí misma...
-No creo que eso sea del todo cierto...
Mientras continuaba corriendo, el medio demonio giró la cabeza, como preguntando a qué se refería la joven.
-Cuando se transformó en la tienda de acampada...nos quedamos mirando durante unos instantes...en ese momento podría habernos atacado tanto a Mizuki-chan como a mí...pero no lo hizo. Sentí que una parte de la consciencia de Luka todavía seguía allí y no quería atacar a nadie.
-En ese caso puede que la probabilidad de traerla de vuelta sea alta. Ya pensaremos qué hacer después de detenerla...
La súcubo asintió.

Tras recorrer una larga distancia, llegaron a un claro en lo alto de la colina por la que habían estado ascendiendo. El llano en el que se encontraban estaba bien iluminado por la Luna pese a que no era llena, dejando ver un extenso mar de hierba alta rodeada de árboles y algunas rocas de mediano tamaño distribuidas de forma aleatoria por el terreno.
-A partir de aquí no puedo seguir bien el rastro de Setten. Maldita sea, si Derain estuviese con nosotros...
-Está aquí –declaró Agramón desde el hombro de Eri.

Varios metros alejada de su posición se encontraba una sombra agachada sobre la superficie de la hierba. Al acercarse un poco más, vieron a Luka, quien, con avidez, se alimentaba de un cadáver de ciervo sin preocuparse demasiado por su alrededor. Sin embargo, no tardó en notar la presencia de los tres, dándose la vuelta repentinamente y poniéndose en guardia como si se tratase de un gato intentando proteger su territorio.
-Luka...por favor...soy yo...Eri...
Pese a que no parecía dispuesta a atacar por el momento, su amiga no mostró ninguna señal de reconocimiento, ni siquiera de retirarse.
-Esto no me gusta... –dijo Akira.

Entonces, con un movimiento rápido, la chica se lanzó de frente contra Eri, chocándose contra el cuerpo del medio demonio, quien la placó, dando como consecuencia que ambos rodasen por el suelo hasta quedar separados metros más adelante. Posteriormente, ambos se mantuvieron frente a frente, caminando en círculos esperando un segundo momento para atacar.

Ésta vez la iniciativa fue tomada por el chico, quien cargó juntado ambos brazos por sus extremos como si de un martillo se tratase y golpeó el lugar en el que se encontraba la recién transformada, no obstante, este golpe no tardó en ser esquivado por su contrincante quien saltó hacia el medio demonio, moviendo una de sus manos con la intención de infligir un arañazo en el costado de éste, el cual no tuvo más remedio que interponer una de sus extremidades en el rango de ataque de ella para defenderse.
En ese instante, la chica realizó una acrobacia en el aire imposible para un ser humano, retractándose de su ataque y colocándose sobre la zona cervical de la espalda del chico.
Viéndose sorprendido por la rápida finta de su adversaria, Akira no pudo hacer otra cosa que encajar un fuerte mordisco en el cuello, dando lugar a un terrible gruñido por su parte.
-¡Akira-kun! –exclamó Eri.

Por más que intentaba librarse de los dientes de ella, éstos estaban fuertemente enganchados a su musculatura.
Acto seguido, sus colmillos empezaron a emitir una pequeña llama que fue transmitida a la herida provocada en el medo demonio, quien cayó de rodillas al suelo debido al aumento del dolor.
-Chst...no puedo quedarme aquí mirando... –se dijo Eri a sí misma- ¡Agra-chan!
-¡Entendido!

La demonio cerró sus ojos y una pequeña brisa meció su cabello. Acto seguido, un par de alas surgieron de su espalda rompiendo la parte de atrás del pijama que llevaba puesto. Asimismo, sus cuernos aumentaron de tamaño y una cola brotó de las últimas vértebras de la columna. Como último detalle, unas líneas de color rojo se dibujaron en su rostro, descendiendo a partir de sus ojos.

A su lado, Agramón se hizo más grande a la vez que se le erizaba el pelo y se volvía de color negro, afilándose sus colmillos hasta alcanzar el tamaño de los de un dientes de sable, tomando un aspecto terrorífico. Tras esto, Eri alargó su brazo apuntando al zorro, el cual fue envuelto en una extraña aura de color rojo.
-Bien, ya estamos listos.

Días antes del campamento, Eri se encontraba entrenando sus habilidades con Derain. Observando a cierta distancia, estaba Agramón.
-Tu poder se basa en las ilusiones, pensamientos y sueños. Sin embargo, en tu caso, puedes hacer que estos se conviertan en entidades reales.
La chica, quien se encontraba transformada en súcubo, escuchaba atentamente a su mentor. Puesto que ya había aprendido a mantener esa forma durante más tiempo, ahora sólo le quedaba adaptarse a las habilidades de su propia raza.
-¿Quieres decir que entonces puedo hacer que simples ilusiones tengan...digamos...”cuerpo”?
-Algo así. En mi caso puedo hacer que la gente vea o piense lo que yo quiera pero eso no significa que esté ahí. Engaño directamente al cerebro pero no produzco ningún cambio en la realidad. Por el contrario, tú sí que provocas cambios en ella.
-Ya veo... –se sorprendió mientras observaba las palmas de sus manos.
-El poder de Agramón también se basa en el campo de la ilusión pero no puede usarse para el combate en sí. Representa formas de terror que se encuentra en los corazones de los demás pero estos sólo podrán afectar al estado psicológico, no causará ningún daño ni al cuerpo ni a la mente, ya que ni la forma física existe ni interfiere en el cerebro del adversario. Así pues, utilizaba todas aquellas trampas de las que hablasteis para enfatizar sus propias transformaciones. En eso se diferencia tanto de lo que hago yo como de lo que haces tú.
-Entonces dentro de un mismo campo hay también ciertas diferencias en las habilidades de los demonios.
Derain asintió.
-Y es gracias a esto que pueden complementarse...
-¿Cómo?
-Por ejemplo, las transformaciones de Agramón simplemente engañan a la vista, haciendo pensar al individuo que frente a ellos se encuentra algún ente sobrenatural, algo que les aterra, pero esto se volvería inútil si fuesen capaces de enfrentarse a esos miedos, ya que él no podría contraatacar con su poder, tendría que valerse de otra cosa. Pero, ¿y si esa transformación tomara cuerpo físico? En ese caso, podría luchar transformado en ellas. Y existe una manera de hacer que una ilusión se haga realidad...
-Mediante mi poder...
-Exacto. Si con tus habilidades haces que sus transformaciones cobren vida, entonces el poder de ataque de Agramón se verá incrementado enormemente...

Iniciando la carrera hacia Luka, Agramón golpeó con una de sus garras delanteras a la chica, liberando a Akira del mordisco.
-Te debo una, zorro.
-¡Ahórrate lo de zorro!
Continuando con el ataque, el demonio animal realizó un golpe tras otro, manteniendo a raya a su oponente, quien sólo podía evadirlos.

-¿Estás bien, Akira-kun? –preguntó Eri situándose a su lado.
-Sí, eso creo –dijo incorporándose sobre sus grandes brazos.
Momentos después, el zorro era rechazado por un contraataque de Luka poniéndose delante de los dos jóvenes en espera de otro ataque de ella.

Habiéndose visto acorralada por la nueva aparición, la recién transformada comenzó a actuar de forma extraña. Un rugido salió de su boca transmitiéndose mediante el eco del valle. Al mismo tiempo, el número 666 de su frente empezó a brillar y a partir de ese punto comenzó a salir fuego...
-Por si las cosas no podían ponerse peor...
-Vamos, Akira-kun.
-Sí...
Poniéndose al lado del zorro, se encararon también a su enemigo.

Por otra parte, Derain ya se había reunido con Asari y le había explicado la situación por encima.
-Necesito que te quedes con ellos y procures que no abran demasiado la boca. Cuando acabe todo esto me ocuparé de borrar sus recuerdos.
-¿Borrar nuestros recuerdos? ¿Pero quien te has creído que...? –Kazuma levantó la voz expresando su desacuerdo, sin embargo, en cuestión de segundos Derain le hizo una llave y lo dejó inmovilizado en el suelo.
-Escúchame, chico. No tengo tiempo para tonterías. Mucho menos para cargar con mocosos ruidosos que no se están quietos o para explicarles una historia que me llevaría milenios, así que cállate y obedece, ¿queda claro?
-... –sin saber qué responder, el joven se mantuvo en silencio.
-¿Sabes de qué demonio se trata?
-En el momento en el que me topé con ella vi el número 666 en su frente. Sólo conozco a otro demonio además de Satán que ostentase ese número en su cuerpo.
-Sorath...pero escuché que los “Dying Walkers” lo mataron.
-A él sí pero no a su descendencia. La bestia del Sol ha vuelto...

El fuego que había emanado del número en su frente rodeó a la chica hasta cubrirla por completo, de manera que lo único que podía verse de ella era una sombra oscura en el interior de la llama.