domingo, 15 de abril de 2012

Dannwond Fighter

Esta historia la hice dedícándosela a un amigo, por lo que la coña y paridas están presentes en todo momento. Espero que les guste a aquellos que se atrevan a leerlo xD.


Antes de leer:
- Esta historia no ha sido escrita con el ánimo de herir a nadie, excepto posiblemente a una paloma mensajera y al Papa.
- La historia trata sobre uno de los superhéroes que pueblan nuestras calles. Calles llenas de crueldad y locura. ¡La Máscara de la Muerte!
- Las posibles incoherencias y demás fueron hechas a propósito. Niños, no hagáis esto en casa.
- Por último, dar las gracias, a la compañía cebollera Gómez Murillo, a mi perro Fran y a los personajes que salen en esta historia quienes se ofrecieron a recibir hostias por parte de nuestro superhéroe. Por supuesto, gracias a él también.
Sin más dilación, les dejamos con la película…

DANNWOND FIGHTER

Primera Historia

Era una mañana caliente, de esas que te pega el Sol en la frente, era el verano de 97 y…y bueno, y había un tío llamado…digamos…señor X, el cual trabajaba como abogado defensor. Uno de los mejores de su época, todo sea dicho. Tenía ciertos problemas familiares, su mujer le había dejado porque un día se le ocurrió freír las patatas en vez de cocerlas, eso despertó sensaciones en su bebé, el cual hizo sonar su sonajero, alterando al perro que se golpeó contra la puerta, la cual se cerró estrepitosamente golpeando una pelota, la pelota fue a parar bajo la mesa y el gato se puso a jugar con ella, y la mujer, al ver al gato jugar, pues se cabreó con el marido, a quien consideraba el culpable de todo.
En cualquier caso, él intentaba superarlo aferrándose a su trabajo, el cual le gustaba mucho. Sin embargo, aquel día era diferente. El señor X llevaba sintiendo la presencia de alguien que le seguía, no por menos cuando miraba a su alrededor observaba la cara de un tipo con gafas y sonrisa en la boca que, educadamente, le devolvía la mirada desde una esquina. Esto sucedió varias veces hasta que por fin llegó a su lugar de trabajo. Su santuario. Allí no notó la presencia de aquel tipo, por lo que pensó que lo había despistado.
“Maldito acosador”
Sin embargo, la pesadilla no había hecho más que comenzar. Cuando llegó a la planta en la que trabajaba con otras cinco personas además de él, observó que no había nadie. Papeles desperdigados por el suelo, sillas encima de la mesa (sí, como en el colegio), y un cartel en el que ponía claramente “Compro oro” pegado en la pared cerca de una de las ventanas. El señor X estaba muy asustado, no sabía a qué se debía todo esto. Entonces, de repente la ventana se rompió, dando paso al personaje que le había estado observando durante todo su trayecto hasta la oficina.
- ¿Pero qué?-dijo en voz alta.
El tipejo aquel llevaba una especie de batín rojo a modo de capa y sonreía constantemente posando sus dos brazos sobre la cintura. Al instante, señaló al señor X y exclamó:
- ¡Lucha contra mí!
El señor X no sabía que hacer, estaba confuso. El tipejo volvió a decir.
- ¡Lucha contra mí!-se acercó hasta nuestro protagonista y le lanzó contra una de las mesas, provocando que se golpeara en la espalda.
- ¡Qué dolor de muelas!-exclamó el señor X.
- Soy Dannwond Fighter, ¡lucha contra mí!
Acto seguido se subió a una de las mesas, señaló a una cucaracha y le gritó:
- ¡Lucha contra mí!
Y volvió a señalar al señor X para decirle:
- ¡Tú mataste a mi tejón!
A lo que el señor X respondió.
- Pero si no tienes tejón.
- ¡Lucha contra mí!-volvió a decir Dannwond Fighter golpeándole varias veces en el cogote con la mano abierta-No tienes derecho a preparar galletas.
El señor X no sabía qué hacer. Su salvación podría ser lo primero que pillara con la mano. Entonces cogió ácido sulfúrico (sí, en toda oficina de abogados hay ácido sulfúrico) y se lo lanzó a Dannwond Fighter, el cual lo cogió en el aire y, con ojos desorbitados, observó su peor pesadilla.
- ¡Noooooo! ¡Pone Frudesa! ¡Aaaaah!
Habiendo visto eso, Dannwond Fighter se lanzó por la ventana y desapareció de la vista del señor X.

Al día siguiente, en la tele de su hogar, el señor X vio la siguiente noticia:
“Todo el mundo le ha visto la cara, pero nadie sabe de su existencia. Todo el mundo sabe su nombre pero desconocen cómo se llama, sí, señores, ¡él es Dannwond Fighter!”
El señor X apagó la tele.
- El mundo está loco…-comentó sorprendido.

Fin

Segunda Historia

El señor Y caminaba por el parque tranquilamente. Era un día precioso, caía lluvia ácida, el cielo estaba embozado por la contaminación, cientos de rayos destruían todo a su paso y muchas personas caían fulminadas por ellos. Sí, sin duda un día precioso, de no ser porque era rico y tenía novia, todo habría sido aún más perfecto. Pero bueno, dejando eso a parte, el señor Y seguía una vieja ruta marcada en su mapa del tesoro, un viejo mapa dado por el típico vendedor de helados de la esquina del cine, aquel que todos conocemos pero no nos atrevemos a preguntarle el nombre no vaya a ser que nos mire. En cualquier caso, algo llamó la atención de nuestro protagonista, sentía una clara presencia desde hacía algún tiempo. Sentía como que alguien le estaba observando, pero, ¿de quién podría tratarse?
Para relajarse, decidió acercarse al lago y observar su imagen sobre el agua, llena de peces muertos y que no reflejaba nada, pero él quería verse a sí mismo no le vayamos a fastidiar. El caso es que al llegar frente al pozo, salió una niña de…ups, perdón, ejem, al llegar frente al lago y agacharse para observar su rostro en la gran podredumbre, se fijó en que había algo allí que no se correspondía con él. Se extrañó, y, puesto que quería observarlo más de cerca, decidió aproximarse al agua. De repente lo vio, una cara con gafas y sonriente se encontraba en el lugar en el cual debería estar su cara. Dos manos salieron al instante y le introdujeron en el lago, volviéndole a sacar y volviéndole a meter, así tres veces con incisos de veinte minutos para descansar y tomar algo.
Durante este tiempo en el que reposaba de tan terrible castigo, se dispuso a hablar con aquel que le estaba torturando, el cual no era otro que Dannwond Fighter, del que todo el mundo estaba hablando en las noticias.
-¿Quién eres?-preguntó el señor Y.
Dannwond Fighter tomó un sorbo de la piedra que tenía en las manos, a modo de alimento, y, tras esto, respondió:
- Lucha contra mí.
El señor Y se sorprendió por la incoherencia de sus palabras. Era lo que menos sentido tenía en todo el día.
- Yo…no lucharé…
De repente Dannwond Fighter reaccionó y escupió gravilla por la boca cual café se tratase.
- ¿Qué no quieres luchar contra mí?-preguntó-¡Eso sí que no tiene sentido! ¡Aaaaaah!
A grito pelado y con la furia de un tritón, Dannwond Fighter agarró a su enemigo y lo lanzó contra un árbol, el cual se partió por la mitad al recibir el impacto.
- ¡Maldito!-gritó Dannwond Fighter-¡Ese era mi sillón de terciopelo! ¡Lucha contra mí!
Y se lanzó en horizontal imitando a un personaje que había visto en algún videojuego, uno de estos que le llevó a convertirse en superhéroe. Sin embargo, la técnica le salió mal, y en lugar de apuntar hacia el enemigo se fue volando del lugar, esfumándose, no sin antes dejar clara su insignia:
- ¡The Dannwond! ¡The Dannwond! ¡The Dannwond!
De aquella curiosa manera despareció sin dejar ni gota.

Al día siguiente, mientras el señor Y paseaba por el parque con un chichón en la cabeza y otro en el culo (búsquese en Wikipedia el motivo de esto), observó una estrella fugaz a lo lejos y pensó:
“Qué belleza”
Lo que no sabía es que aquella estrella era Dannwond Fighter, quien, todavía con energía, gritaba a los cuatro vientos:
- ¡¡¡¡THE DANNWOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOND!!!!

FIN

Tercera Historia (y última)

Esto era un niño, vamos a llamarle Juan, y el hijo, ya te lo he dicho, decidió meterse en una mansión del terror para creérselo mucho y así demostrarle al payaso de Micolor que también sabía combinar vestimentas. Total, que al internarse en la mansión del terror de la feria de su pueblo, Juan, y el hijo, ya te lo he dicho, observó una momia que se movía hacia él con paso acelerado. En un principio le entraron ganas de cagar, hasta que descubrió que no era papel higiénico lo que llevaba colgando, sino vendas.
La momia, como todo ser vivo en una mansión del terror, pretendió asustar al chaval, pero éste, que se conocía el truco de los seres de las mansiones del terror, se quedó quieto, y como la momia no podía pegarle pues se resignó y pagó prenda. Al quitarse las vendas, murió.
Juan, y el hijo, ya te lo he dicho, se dio cuenta de que aquello no daba miedo, por lo que le resultaría fácil ganar su apuesta con el payaso, sin embargo, él no contaba con la presencia de Dannwond Fighter, quien salió desde una tumba y le gritó al oído.
- ¡Lucha contra mí!
El niño tenía dolor en el oído desde que un sapo le picó cuando era pequeño, por lo que no podía aguantar los ruidos fuertes, así que decidió salir corriendo. No obstante, Dannwond Fighter no le iba a dejar escapar.
El niño se encontró con el típico tío de la motosierra que a todos nos da miedo en nuestra infancia, bueno, a mí no claro está, no se ofenda señor Rodríguez, y está claro que al niño tampoco ya que se aprovecho de la bondad del hombre de la motosierra para pedirle que le dejara pasar, cosa que el ser hizo sin problemas, deseándole buena suerte.
Juan, y el hijo, ya te lo he dicho (dios, que cansino escribir eso, a partir de ahora lo llamaré: JoseJavierVázquezbylittlelivenjagwerandemorningatachthemorningamoregandemorenighthijodelalunapordiosmeestáncomiendolosfideosquienquiereunmartiniqueinvitanlossolespuntocomporfrancia
De apellidos: losetodorodriguezdelafuenteporculojoderquenombremáslargoestoyhaciendoalotontoelqueleaestodirémalditohijodeputapuntonet para abreviar, así que, puesto que me parece corto, lo dejaré en Juan) creyó haber despistado a Dannwond Fighter, pero éste siempre había estado con él, metido en su bolsillo. Dannwond Fighter salió sin reparos de allí:
- ¡Lucha contra mí o no te daré galletas!
El niño gritó, y Dannwond Fighter dijo:
- Vale, te las daré, pero sin galleta.
Tras esto golpeó al niño y lo sacó de la mansión, pero no pudo ir tras él porque los seres de aquella gran casucha intentaron bloquearle el paso. Entonces Dannwond Fighter dijo:
- Siempre quise tener ganado. ¡Luchad contra mí!
Sin embargo, Dannwond Fighter se dio cuenta de que el niño había volado demasiado lejos.
- Oh, no, he de salvarlo.
Utilizando su batín como propulsor, voló hacia el niño. Toda la gente tenía puesta la mirada en los dos, ¿salvaría Dannwond Fighter a su hijo?
Entonces Dannwond consiguió cogerlo en el aire y lo llevó a tierra. La gente le aplaudía, era un héroe, merecedor de una medalla y dos galardones a los Óscar.
Dannwond Fighter sonrió, el niño sonrió, ambos se miraron y entonces Dannwond Fighter cogió al niño y lo lanzó muy lejos.
Cuando la gente le preguntó al superhéroe por qué había lanzado al niño, Dannwond Fighter respondió:
- ¿Era un niño? Es que, como no quería luchar…

FIN

Bueno, espero que hayáis disfrutado de esta historia y que hayáis comprendido que no es bueno rechazar a Dannwond Fighter cuando pide un combate, ya que eso provocará una locura por su parte.
Comprad ositos de caramelo y sed felices.
¡Adiós!

Este espacio ha sido patrocinado por lengüetas “El puño de hierro”, iglesias “La mano del señor, donde la metas la pongo yo”, los programas “Saber morir”, “Sálvale”, “A saber lo que hicisteis”, “El de en medio” y “Buenagente”, y también por David “El arte que nos sale por la nariz”.

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