lunes, 11 de agosto de 2014

Capítulo 15: El demonio oculto



Durante la noche, un individuo se dispuso a entrar a lo que parecía una iglesia. Ésta se encontraba abandonada, de manera que ya desde fuera se podían observar las paredes agrietadas y los cristales rotos de las ventanas.

Esbozando una malévola sonrisa, el individuo entró sin pensárselo.

El interior de la construcción ayudaba a la ya de por sí destartalada visión del exterior, mostrando una gran cantidad de bancos alineados a izquierda y derecha, algunos con la madera roída y otros simplemente con las patas rotas o parte de la estructura degradada. Lo que anteriormente habían sido bellas pinturas sobre eventos del cristianismo se habían convertido en simples dibujos de cualquier libro con varios siglos de antigüedad.

Lo único que se podía considerar en “buen” estado era el altar situado al otro extremo de la puerta de entrada, constituido de un mármol totalmente blanco y donde se hallaba sentada una figura encapuchada, la cual levantó la cabeza al percatarse de la nueva presencia.
-Así que ya has llegado...
-¿Soy el último? –preguntó con tono despreocupado el recién llegado.

Al momento, de entre las sombras, comenzaron a hacer su aparición otros encapuchados, distribuidos de forma irregular por toda la sala.
-Faltan John, Peter y Simon. El primero se encuentra en Italia, el segundo protegiendo el Arca y el tercero recibiendo penitencia por su último fracaso.
-¿Te refieres a lo que ocurrió en el instituto?
La figura asintió.
-Espero que tengas buenas nuevas, Judas.

El aludido se rascó la nuca mientras se sentaba sobre uno de los desgastados bancos y cruzaba las piernas mostrando una actitud pasota.
-La presa que escogí para que me hiciera el trabajo está muerta y una de mis ilusiones fue destruida. Ese “Dreambuster” y su socia son un maldito grano en el culo, por no hablar de que no tuvimos en cuenta la presencia de alguien más.
-¿Te refieres a la “nueva generación”?
-Me temo que sí. No obstante parte del objetivo fue cumplido.
-Eso quiere decir...
-He encontrado la Biblia.
Hubo un pequeño revuelo en la sala.
-Ya veo...
Levantándose del altar, el encapuchado se giró.
-En cuanto un poco más de sangre sea derramada, la Biblia se abrirá para dar lugar a un nuevo pasaje. Un pasaje que comenzará con la regeneración del que una vez cayó y que terminará con la exterminación y el control.
-Amén –dijeron todos al unísono.
Tras esto se dirigió hacia los demás.
-Se formará un grupo que se encargue de capturar la Biblia. Otro grupo recolectará la sangre que falta.
-Dejé que descubriesen mi identidad por lo que más de ellos se interesarán en nosotros pero, ya sabes lo que viene con ello, ¿verdad?
-Sí, la respuesta de aquellos que conocen la verdad y del propio “Darkblade”.
-Habrá que tener cuidado a partir de ahora.
-Lo sé, todo sea por nuestro señor...

-Aaaaah... ¿cuánto tiempo llevamos caminando por esta cuesta? –preguntó una Luka que llevaba más lengua fuera que dentro.
-Calculando lo lejos que estamos del campamento diría que unos seis kilómetros...más o menos –dijo Mizuki no muy segura.
-No me digas que ya estás cansada, Luka.
-Lo que no sé es cómo no estás cansada tú, Eri –se quejó la chica-. ¿Has estado haciendo ejercicio en secreto? Fue durante las veces que te ibas con Hioni-sensei, ¿verdad? ¡Qué sospechoso!
-¡¿En qué diablos estás pensando?!
-Naaaaaadaaaaa... –contestó intentando disimular con gesto de ponerse a silbar.
-¡Luka!
-¡Shhh, me ha parecido ver algo por allí! –exclamó Akira desviando el tema de la discusión.

Tanto el grupo de Eri como otros compañeros que se encontraban cerca se fijaron en lo que señalaba el chico. Poco después un ciervo apareció de entre los árboles más lejanos para posteriormente desaparecer de nuevo al darse cuenta de la mirada de alumnos y profesores.
-Qué bonito... –expresaron la mayoría.
-Ese es un Ciervo Sika conocido científicamente como Cervus nippon. Es bueno que hayamos podido ver uno, cerca de áreas urbanas suelen tomar hábitos más nocturnos –indicó Asari-. Continuaremos un rato más hasta que encontremos una planicie y descansaremos y comeremos allí.
-Casi parece que sensei esté disfrutando haciéndome sufrir –se quejó Luka.

Ya en una zona más llana, se sentaron y comieron lo que habían preparado antes de la exploración.
-Ah, que bien se está aquí –dijo Eri mientras situándose sobre la hierba, dejando que el viento le diese en la cara y meciese su cabello.
-Siempre me lo he preguntado, Eri-chan –dijo Mizuki poniéndose a su lado a la vez que dejaba la bolsa en el suelo.
-¿Huh?
-¿Por qué te dejas el pelo tan largo? Yo creo que te quedaría mejor un poco más corto, ¿no? ¿Tú que opinas, Akira-kun?
-Y-yo creo que así está bien –contestó el chico precipitadamente viéndose sorprendido por la pregunta.
-¿No resulta cansado el tener que peinártelo todas las mañanas?
-Qu-qué va. La verdad es que es bastante fácil...

Mizuki la miró con una de sus cejas levantada. Eri sabía bien que aquella excusa era bastante pobre y que de hecho todas las mañanas tenía que pasarse un buen rato arreglándose el pelo, pero tampoco podía decirle que lo hacía para ocultar los cuernos de sus sienes.

Habiendo terminado de comer y mientras Asari le explicaba al resto del grupo sobre la flora de la zona, la demonio decidió alejarse un poco del grupo. Si había un porqué a esto no era otro que el hecho de haber visto a Reima/Derain encaminarse hacia el mismo lugar al que iba ella.

Por otra parte, Agramón se había quedado junto con los demás. Habiéndose convertido en la atracción principal de los alumnos, ya no había motivo para esconderlo, por no decir que lo trataban como un rey dándole todo tipo de antojos. Además, también sabían que Eri se encargaba de cuidarlo.

Dejándolo allí, la chica no tenía de qué preocuparse siempre y cuando al zorro no le diese por hablar, pero supuso que Akira se encargaría de evitar que hiciese alguna tontería.

Al cabo de un tiempo se encontró con Derain, el cual estaba sentado sobre una roca de mediano tamaño, cuya parte inferior estaba hundida en tierra. El imp se encontraba fumando uno de sus puros.
-Así que has venido aquí a fumar, ¿eh?
-Ya que me dijiste que no era algo que pudiese hacer delante de los alumnos no me has dejado otro remedio.
-Bueno, supongo que en ese caso está bien. ¿Te importa si me siento a tu lado?
-Como quieras.
-Después de todo lo que ha ocurrido es bueno tener algo de diversión en un sitio así.
-Jejeje...
-¡¿De qué te ríes?! –se quejó la chica sintiéndose avergonzada.
-Nada, chica. Me agrada ver que sigues mirando el lado bueno de las cosas.
-Por supuesto.
-Es bueno llevar el pasado de esa forma...
-¿Eh? –sin nada más que decir, Derain continuó disfrutando de su puro.

Cuando ambos volvieron con los demás, éstos ya se estaban preparando para bajar hasta el campamento.
-Ah, chica. Será mejor que tengas cuidado.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Hay algo además de nosotros y ese zorro que huele a demonio en este valle...
Confusa, la chica vio cómo el demonio se adelantaba.

Estaba ya oscuro cuando finalmente regresaron al campamento. Tras descansar un rato, se dispusieron a encender una fogata en una de las áreas cercanas donde estaba permitido. Para poder hacerla necesitaban realizar un pequeño cortafuegos alrededor para mayor seguridad, levantando tierra hasta cierta altura.

-Mañana por la mañana haremos turnos para bañarnos así que más os vale estar atentos al vuestro –comentó Asari a la clase-. Y espero que hayáis traído traje de baño.
Todos los alumnos lanzaron un “Sí” al unísono.
-Ah, ya tengo ganas de darme un baño –dijo Luka.
Los miembros del grupo se hallaban sentados frente a sus tiendas, incluyendo Agramón. La única excepción era Akira, quien había ido a calentar la comida en la hoguera para traérsela a los demás.
-Me pregunto cómo estará el agua –comentó Mizuki.
-Ya estoy aquí.
El medio demonio llegó con una bandeja rudimentaria en la que se encontraba una selección de varios alimentos para comerlos entre todos. Las chicas pusieron una expresión hambrienta mientras Kaoru simplemente se limitó a comer su parte.

Más tarde se pusieron a contarse anécdotas entre ellos que terminaron derivando en historias de terror. El más terrorífico en este aspecto resultó ser Kaoru quien hizo que todos acabasen metidos en las tiendas de campaña únicamente con las cabezas fuera.
-...y cuando quiso darse cuenta, una mano huesuda y de color rojo la agarró de la muñeca mientras una voz le decía: “Ven conmigo a jugar”. Jamás se volvió a saber de ella.
-¡¿D-de donde diablos has sacado esa historia?!
-No te mentiré –el chico se acercó la mano al rostro de manera que no se le viese- ¡Yo era su amigo! –cuando quitó la mano los ojos estaban en blanco y parte de la conjuntiva era visible, dándole un aspecto tétrico.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
-Iros a dormir ya, chicos. Mañana hay que levantarse temprano.

La fogata ya había sido apagada y todo había quedado recogido. Los profesores recomendaban a los alumnos refugiarse a dormir en las tiendas y terminar el día.
-N-no se si seré capaz de dormir... –declaró Eri, y eso que ya estaba acostumbrada a tratar con “no humanos”...
-Ni se me ocurriría dormir sola esta noche –corroboró Mizuki.
-N-no te preocupes...para eso están las amigas...
-Lo que pasa es que tú estás tan asustada como ella, ¿verdad, Luka?
-Ugh...
Así pues, cada uno se introdujo en su respectiva tienda.

Derain se despertó en mitad de la oscuridad. Habiéndose mantenido alerta durante toda la noche, sólo había bastado un pequeño ruido para que abriese los ojos.

Saliendo de su tienda, perteneciente al kit del que procedía también su ropa de exploración, avanzó lentamente por el campamento observando entre la oscuridad cualquier posible movimiento.

A primera vista no había nada destacable que pudiese estar relacionado con lo que había escuchado, sin embargo no tardó en sentir algo viniendo en su dirección. En ese momento, una figura se abalanzó contra él, tirándolo al suelo y posteriormente huyendo de allí a una velocidad fuera de lo común.

Incorporándose lo más rápido que pudo, el imp intentó seguir a la figura hasta el interior de la arboleda, donde la perdió de vista. Pese a introducirse dentro de ésta, no encontró ninguna otra señal del atacante.
-Maldita sea... –murmuró mirando a todas partes y continuando con su búsqueda.

A la mañana siguiente, la clase de Eri se dirigió al lago. Todavía seguía vistiendo ropas normales mientras iban de camino, no obstante un improvisado vestidor les había permitido ponerse sus respectivos trajes de baño.
-¿Te encuentras bien, Luka? –preguntó Akira a la chica quien tenía ojeras y cara de sueño.
-N-no mucho...creo que no he dormido muy bien...
-No me digas...

En cuanto estuvieron a pocos metros del agua, la mayoría de los alumnos no tardaron en lanzarse a ella. Después de la caminata del día anterior aquello suponía una buena manera de refrescarse.
-¡Vamos, chicas! ¡Os vais a quedar atrás! –exclamó Akira mientras empujaba a Kaoru al agua.
-¡Uaaah! –exclamó éste antes de que el sonido del chapuzón lo cortase.
-Jajaja –su amigo se lanzó detrás de él estando apunto de caer justo encima. Cosa que logró evitar esquivándolo con gran habilidad.
-Deberías tener más cuidado a la hora de tirarte. Y tampoco empujar a los demás cuando no miren.
-¡Vamos, Kaoru! ¡No seas tan aburrido! –exclamó Akira cogiéndolo de la cabeza y hundiéndolo en el agua.
-Conque esas tenemos, ¿eh?

El joven de pelo castaño se lanzó contra su amigo, haciendo lo mismo. Aquello terminó por convertirse en una batalla por ver quién hundía primero a su contrincante.
-¡Hyaaaa!

Las chicas hicieron su aparición en el agua, calmando el combate entre los dos y provocando que tuviesen que hacerse hacia atrás por la ola que acababan de levantar.
-El agua está genial –dijo Mizuki.
-Brrrr...
-¡Luka!
Evitando que su amiga se durmiese en mitad del lago, Eri la apoyó sobre su hombro.
-Quizás sería mejor que esperase fuera.
-¡Ha sido un lapsus, sólo eso! –exclamó la chica despertándose de repente.
-Ya...
-¿Y bien que os parecen? –preguntó Mizuki alegremente agarrando a sus dos compañeras.
-¿El qué exactamente? –indagó Akira.
-¿Qué van a ser? Los trajes de baño

El comentario provocó que ambos se fijasen en ellas. Las tres llevaban uno de dos piezas, siendo el Eri de color amarillo claro, el de Mizuki de líneas azules y moradas, y el de Luka de color blanco.
-No es que esté muy interesado en ello pero digamos que os sientan bien –comentó Kaoru.
-Que respuesta más sosa –susurró Luka.
-¿Y tú, Akira-kun? –esta vez Mizuki se dirigió únicamente a él, quien había posado la mirada en Eri.
-¿Huh? ¿Ocurre algo?
-N-no, nada. Opino lo mismo que Kaoru.
-Oooh... –expresó Luka sonriendo con malicia.
-¿Él no va querer meterse en el agua? –preguntó Kaoru desviando el tema a Agramón, el cual se había quedado en la orilla esperando a los demás.
-No le gusta mucho el agua... –respondió Eri.
En ese momento recordó las veces que había intentado bañarlo, dejándolo todo patas arriba por la resistencia puesta por el zorro.
De repente, dos de sus compañeros nadaron hacia ellos.
-¿Lo lleváis bien, chicos? –dijo uno de ellos.
-Oh, eres tú Kazuma.

Tsuchie Kazuma. Eri lo conocía desde hacía relativamente poco ya que era la primera vez que estaban en la misma clase. Era buena persona, aunque algo arrogante debido a que solía ser el centro de atención del público femenino. Bueno en deportes y por encima de la media en los estudios, tenía una extraña rivalidad con Akira, aunque ésta era unilateral ya que, por lo que ella recordaba, su amigo nunca había mostrado ningún interés en sus indirectas. Tenía el pelo negro y de punta y era de complexión bastante fuerte pese a su estatura media.
-Hola, Tsuchie-kun, Gakusa-san –saludó Mizuki.

Al lado de Kazuma se situaba Gakusa Nanako, amiga del primero. De pelo castaño y corto y estatura media, expresión fría y sólo hablaba cuando se requería su ayuda para algo en concreto. No sabía mucho más de ella ya que pasaba bastante desapercibida al lado de Kazuma pero parece que tenía una amistad cercana con el primero.

Nanako hizo un gesto con la cabeza devolviendo el saludo.
-Os veo muy guapas, chicas. Sobre todo a ti, Eri.
-G-gracias.
La demonio sonrió educadamente. Por su parte, Luka parecía algo molesta por su actitud.
-¿Escuchasteis algo raro esta noche? -preguntó Kazuma.
-Nada, ¿por qué?
-Esta noche me desperté al oír un sonido extraño. Como si alguien estuviese corriendo en mitad del campamento. Fui a ver que ocurría pero resultaba difícil distinguir algo en la oscuridad.
-¿Seguro que no lo soñaste?
-¡P-para nada! ¡Estoy seguro de lo que vi! ¡Yo no me equivoco con estas cosas! He pensado que quizás se trate de algún animal salvaje. ¿No os pica la curiosidad?
-Para nada. Seguramente sólo se trataría de alguien que se levantó para ir al baño.
-No. La manera en la que se movía por el campamento. Claramente se movía como un animal. ¿Qué te parecería investigarlo, Akira? ¿Te atreves?
-¿Eh? Qué va. Después de que terminemos tendremos que empezar con la construcción de una balsa para movernos por el lago así que vamos a estar bastante ocupados. Pero te apoyaré moralmente en tu objetivo.
-Gah... –claramente decepcionado por la respuesta del joven, la expresión de Kazuma se mostró algo avergonzada.
-Chi...quiero decir, ¡Kasaiga-kun! -al girarse todos, se percataron de la presencia de Reima/Derain en la orilla- ¡¿Puedes venir un momento?! ¡Tengo que hablar contigo!

Despidiéndose por el momento de sus amigos, la demonio nadó hasta donde estaban Derain y Agramón.
-¿Kasaiga-kun?
-¿Debería haberte llamado de otra forma como profesor tuyo?
-No...bueno, es que me ha sonado raro...
-Cambiado de tema. He de decirte algo importante. Ya lo he comentado con Asari y necesito que se lo digas a Akira también.
-¿Qué ocurre?
-¿Recuerdas lo que te dije de que no éramos los únicos demonios aquí?
Ella se limitó a asentir.
-Creo que ese demonio es una de las personas de este campamento...

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