viernes, 19 de septiembre de 2014

Capítulo 18: Contra el fuego



-Esa llama, no es normal –declaró Akira.

El fuego se concentraba alrededor de Luka alzándose hacia el cielo entre naranja y rojo. Al contrario de lo que pensaría cualquier persona al verlo, éste no quemaba la hierba que había alrededor, como si de algún modo se hubiese vuelto intangible.
-¿Alguna sugerencia? –preguntó el medio demonio a sus aliados.

En ese momento, la descendiente de Sorath abrió la boca, provocando que frente a  ella otra llama tomase forma y fuese disparada hacia delante.
-¡Uah! –apartándose del camino, los tres la esquivaron. No obstante, ésta fue seguida de otra serie, impidiéndoles dejar de moverse si no querían acabar achicharrados.
-¡No parece que nos esté dejando mucho tiempo para pensar, ¿no crees?! –exclamó Agramón.
-¡Algo tendremos que hacer! –Akira volvió a evadir otro ataque que fue a parar a uno de los árboles el cual comenzó a arder- ¡Oh, mierda!

Entonces, Eri dibujó una especie de símbolo en el aire y al momento apareció una manguera en sus manos, la cual estaba conectada a un grifo. A partir de éste, el agua recorrió la manguera hasta ser expulsada por el extremo de la misma, acabando con la llama antes de que se propagase.
-¿Una manguera? –se quedó perplejo Akira.
-¡E-es lo primero que se me ha venido a la mente, ¿vale?! ¡Para que algo se materialice tengo que tener el objeto muy bien definido en mi cabeza, de lo contrario no pasará nada! ¡Uah!

Dejando el utensilio en el suelo, la chica consiguió esquivar otro ataque en el último momento.
-¡Si pudiese materializar cualquier cosa a mí se me habría ocurrido una nube con lluvia o algo así! ¡De esa manera los árboles adyacentes también se mantendrían húmedos, ¿no?!
-¡Perdona por ser una idiota, ¿vale?!
-¡¿Queréis callaros los dos?! ¡No es momento para discutir! –replicó Agramón mientras continuaba corriendo intentando que no le alcanzase el fuego, el cual había comenzado a extenderse por la hierba.

Una nube de pequeño tamaño apareció sobre el área en la que se encontraban, haciendo desaparecer el fuego con la lluvia que comenzó a caer a partir de ella.
El grupo de tres finalmente consiguió reunirse en el mismo punto una vez las llamaradas se hubieron detenido.
-¿Ves? Eso ha sido mejor.

Eri le lanzó una mirada furtiva al chico quien dibujó una sonrisa irónica y decidió dejar el tema para no hacerla enfadar más.
-Sea como sea, si vuelve a empezar con esas llamaradas lo tendremos crudo... –indicó Agramón.
-Creo que tengo una idea para acercarme hasta ella. Eri, ¿hasta donde alcanza tu poder?
-Siempre y cuando no sean cosas muy grandes o complejas no tendré problemas al materializarlas. Pero sólo podré mantenerlas durante un periodo de tiempo limitado.
-Bien, entonces creo que puede resultar. Necesito que materialices cuernos en mi cabeza.
-¿Cuernos?
- Sí. ¡Eh! ¡Agramón!
-Qué...
-Tú serás la distracción...

Segundos después, el zorro comenzó a moverse atrayendo la atención de Luka, quien no dudó en volver a disparar contra él.

Por otra parte, Akira presentaba ahora dos cuernos en su cabeza y parecía estar concentrado. Una fuente de electricidad comenzó a acumularse en la pequeña nube que había materializado Eri. Fue entonces cuando un rayo descendió y cayó encima del medio demonio.
-Esa es... –comenzó Eri.
-...la técnica de mi padre –sentenció el chico.

En décimas de segundo se situó justo delante de la descendiente de Sorath quien, sorprendida, recibió un puñetazo que la lanzó varios metros hacia atrás, dejándola acostada sobre la hierba.

El joven se acarició la mano, pues el fuego que rodeaba a Luka le había quemado.
-¿Cómo es posible que me haya quemado a mí y no a la hierba?

Incorporándose con cierta dificultad por el golpe recibido, la demonio se encaró a su oponente. En ese instante, el medio demonio creyó ver una macabra sonrisa procedente de la sombra, lo que le produjo un escalofrío.

Fue entonces cuando el color de la llama que la rodeaba se tornó azul. Y haciendo uso de una gran velocidad propiciada por sus cuatro extremidades, se dirigió de frente contra Akira, quien consiguió esquivar el golpe gracias a que todavía mantenía su habilidad pero sintió como un dolor intenso aparecía en la parte más cercana a la chica, mostrándose como la piel era quemada al instante.

Dándose cuenta de esto, se alejó hasta situarse de nuevo junto a Eri y Agramón.
-¡Akira-kun! –exclamó Eri posando una mano sobre la zona que había sido quemada, manchándola de sangre- ¿Qué ha ocurrido?
-Es como el Sol...
-¿Huh? –la chica no entendía a qué se refería.
-La temperatura de la superficie y sus alrededores es muy alta, probablemente a diferencia de la del interior. En el estado en el que se encuentra ahora si te acercas a ella te pasará lo que a mí...
-Pero, no lo entiendo, por qué sólo te ha afectado a ti y no a la hierba o a los árboles.
-Creo...que la llama que la rodea es diferente que la que ha utilizado para lanzar esas llamaradas. Es como si fuese una barrera que únicamente la protege contra aquello que ella considera peligroso.
-Entonces...es imposible llegar hasta ella...
-Si intentamos tocar la superficie de su llama con nuestras manos, éstas se carbonizarán al instante...

La súcubo levantó la cabeza para observar cómo su amiga se movía lentamente hacia ellos, sabiéndose dominante en aquella batalla.
“Maldita sea...tengo que hacer algo...pero, ¿qué? Piensa, Eri, piensa...”

De repente, la descendiente de Sorath inició la carrera, disponiéndose a quemarlos al lanzarse sobre ellos como un león en plena caza.
-¡Agra-chan, coge a Akira-kun!

Mientras gritaba estas palabras, la chica se subió encima del zorro a la vez que éste cogía con su boca al joven herido y lo situaba sobre su dorso.
-¡Vamos, corre!
-¡¿Qué?!
-¡Rápido!

Acelerando con la musculatura de sus patas traseras, el demonio consiguió evitar que los alcanzase, no obstante, eso no impidió que les pisase los talones mientras corrían a través de la arboleda.
-¡¿Y ahora qué propones?! –preguntó Agramón mientras intentaba dejar a Luka atrás.
-¡Creo que se me ha ocurrido una idea! ¡Aunque no sé si funcionará!
-¡Genial! ¡Esas son las ideas que más me gustan! –respondió con ironía.
-¡Primero tendremos que despistarla y atraerla de nuevo hacia el sitio de antes! ¡Si puedo mantener la nube hasta entonces, lo conseguiremos! ¡Akira-kun, voy a necesitar tu ayuda! ¡¿Cómo te encuentras?!
Incorporándose levemente, el medio demonio levantó el pulgar.
-¿¡Podrías decirle que volviese a su forma humana!? ¡Nos está alcanzando! –se quejó Agramón, quien, con el peso de la transformación de Akira apenas podía mantener un buen ritmo.

Escuchando esto, el chico volvió a la normalidad, sin embargo, esto le llevó a toser fuertemente.
-¡¿Qué ocurre?!
-No te preocupes...en mi estado humano la herida me afecta más al tener menos resistencia física, pero los soportaré.
-¡Tenemos que darnos prisa, Agra-chan!
-¡Eso es muy fácil decirlo! ¡Cuidado!

Atravesando un estrecho producido por varios árboles en fila, el trío vio como una mano de una anchura equiparable al tamaño del zorro en ese momento, y cubierta de fuego azul, tomaba forma a partir de la llama que rodeaba a su perseguidora y se cernía sobre ellos.

Apoyándose en uno de los troncos, Agramón se impulsó de manera que únicamente fueron quemados algunos pelos de la cola.
-¡Uah! ¡Me quemo!
-¡Tranquilo! ¡Sigues entero! ¡Gira a la derecha por aquí! –exclamó Eri agarrándose con fuerza al demonio.

Éste obedeció la orden, esquivando otro intento de caza de aquella mano, pero, por más que corría y corría, seguía siendo acosado por Luka.
-Así no llegaremos a ningún lado...si pudiésemos retenerla de alguna forma...
-Según éste las llamas que lo cubren sólo nos afectan a nosotros y no al terreno, ¿verdad?
-¿Huh? –la joven se sorprendió ante las palabras de Agramón- S-sí...eso dijo...
-Jeje...entonces veremos si le gusta esto.

Llegando a una zona donde el espacio que había entre los árboles era más estrecho, el zorro realizó profundos arañazos en la parte más baja de los troncos, provocando que estos se balancearan al perder punto de apoyo por la zona arrancada. Éste proceso fue repetido con los siguientes mientras el zorro se movía en círculos, vigilando que continuase siendo perseguido.

Cuando volvió a pasar por los primeros troncos a los que les había hincado sus garras, éstos se precipitaron hacia el trío, quienes estaban a punto de ser cogidos por su perseguidora.
-¡Ahora!
Salvando la mayor distancia posible con la mayor fuerza de salto que le permitieron sus patas, Agramón logró atravesar el hueco dejado por los troncos antes de caer encima de la descendiente de Sorath, que quedó atrapada debajo.
-¡Uah! ¡Es genial, Agra-chan!
-Siempre se me han dado bien las trampas. Y ahora salgamos de aquí antes de que se libere.

Llegando de nuevo al lugar de inicio, Akira y Eri se bajaron del demonio animal. Acto seguido, la joven retiró el aura roja que había puesto sobre él.
-¿Huh? ¿Qué estás haciendo? –preguntó mientras recuperaba la forma del pequeño zorro.
-Voy a necesitar todo el Setten posible para hacer lo que tengo pensado.

Tras esto, volvió a dibujar un símbolo en el aire, haciendo aparecer un rifle calcado al que usaba Asari.
-Toma –dijo mientras se lo entregaba a Akira.
-¿Q-qué diablos quieres que haga con esto? –preguntó el chico.
-¿Alguna vez has disparado un arma?
-B-bueno, Asari me enseñó algo sobre cómo disparar...
-Suficiente entonces.
-¡Espera! ¡¿Pretendes que dispare esto?! ¡Jamás he disparado algo de este tamaño!
-Pues ahora tendrás que hacerlo.
-Pero...
-No queda tiempo, y a la nube que materialicé antes no le queda mucho para desvanecerse, así que escuchad bien lo que os tengo que decir...

Finalmente, Luka llegó hasta el claro donde habían estado luchando antes. No había nadie esperándola, por lo que empezó a moverse hacia delante despacio, vigilando constantemente sus alrededores.

De repente algo apareció en la distancia, desplazándose a la misma velocidad que ella. A lo lejos no se podía estar seguro de qué se trataba, pero era alargado y de color negro, además parecía tener un tamaño considerable.

Fue avanzando unos cuantos pasos cuando pudo distinguirla. Con unas patas alargadas y varios pelos saliendo de ellas, antenas que temblaban a cada paso que daba, ojos de color rojo y cuerpo duro; una gigantesca cucaracha caminaba sobre el extenso mar de hierba.

Como si algo la hubiese paralizado, la demonio se detuvo en seco, incapaz de continuar su camino, observando con ojos exorbitados lo que tenía delante.
-¡Ahora!

En ese momento apareció Eri desde detrás del insecto, moviendo sus alas para desplazarse a mayor velocidad a la vez que trazaba varias líneas con sus dedos, dando forma a una especie de figura geométrica. Tras esto, un bloque de hielo hexagonal surgió justo encima de su contrincante cayendo en dirección a la cabeza. No obstante, la llama que la rodeaba evaporó la estructura tras convertirla en líquido.
-¡Akira-kun!

Un rayo cayó desde la pequeña nube, aterrizando detrás de una de las rocas. Tras esto, el chico hizo acto de presencia, apuntando a la descendiente de Sorath con el rifle e intentando mantener a raya su propio pulso a la vez que observaba su objetivo por la mirilla.
-¡Vamos! –gritando esto, el chico hizo pasar la electricidad del relámpago al arma, disparando una bala que se dirigió a la velocidad de la luz hacía el objetivo, consiguiendo acertarle en el hombro y dando lugar a que saliese despedido hacia atrás hasta chocarse contra otra de las rocas del escenario.

Después del impacto, la llama se esfumó, quedando únicamente el cuerpo inconsciente de su amiga.

-¡Luka! –la súcubo intentó correr hasta situarse a su lado pero las fuerzas le fallaron y cayó al suelo, desvaneciéndose su forma demoníaca y volviendo a la normalidad- Maldita sea...

El joven, por su parte, se acercó a la Eri y, con las manos libres del recién desaparecido rifle francotirador, la ayudó a levantarse, dándole apoyo con su hombro.
-Te llevaré hasta allí...

Ya junto a su amiga, la demonio comprobó el pulso de ésta para asegurarse de que seguía viva, profiriendo un suspiro de alivio tras posar los dedos sobre su cuello.
-¿Cómo sabías que la bala atravesaría la llama?
-Realmente no estaba segura de si lo conseguiría. Ya te dije que tenía la sensación de que una parte de Luka seguía consciente, así que quería intentar llegar hasta ella –mientras explicaba esto, Agramón, se unió a ellos en su forma de zorro-. Fue entonces cuando pensé en el poder de Agra-chan. Quizás si conseguía sorprenderla haciendo que se enfrentase a lo que más temía, su poder se debilitase, y entonces sólo tendría que reducir lo máximo que pudiese la temperatura de su llama para que la bala pudiese atravesarla. Además, si ésta iba lo suficientemente rápida habría más posibilidades de conseguirlo.
-De ahí lo de la improvisada railgun...
-Jejeje...
-Ha sido peligroso, Eri. El efecto podría haber sido muy destructivo...además... ¿qué habría pasado si hubiese fallado el tiro?
-Sabía que lo lograrías. Confiaba en ti.
-Ah... –resopló él a la vez que cerraba los ojos y se rascaba la nuca-. Bueno, en cualquier caso parece que todo ha salido bien...
-Sí... –dijo la chica observando a Luka.

De repente una red se cernió sobre Akira, pillándolo desprevenido y atrapándolo en el acto.
-¡¿Qué?! –exclamó cayendo al suelo debido a la fuerza del objeto.
-¡Akira-kun! –la demonio intentó levantarse para socorrerlo pero todavía no había recuperado sus fuerzas.

En ese momento, un hombre se acercó a ella como salido de la nada y la golpeó en la cara con la culata de su rifle.
-¡Gah!
Acto seguido, el hombre agarró sus muñecas y le puso unas esposas, inmovilizándola con su propio peso. Con la mejilla presionada contra el suelo, la joven pudo ver como otro hombre agredía a Agramón, dejándolo inconsciente para después lanzarle otra red.

Junto a los recién llegados iban dos individuos que destacaban sobre los demás. Uno era bastante musculoso y llevaba la cabeza rapada, con un tatuaje en el centro de la misma; y el otro vestía una túnica negra a través de la cual sólo se le veía la boca.

-No está mal. No está nada mal. Creo que hemos capturado unas buenas presas, chicos.
-Ellos dos son demonios puros. El otro es un medio demonio.
-Ya veo. Estoy seguro de que nos darán una buena paga por su venta.
-Espero que no te olvides de nuestro trato.
-No te preocupes. Soy un hombre de palabra.
-¡¿Qui-quienes sois?! ¡¿Qu-qué estáis haciendo aquí?!

El de la cabeza se acercó a Eri, a quien le costaba mucho hablar por el peso de quien tenía encima.

El hombre la agarró del pelo y le levantó la cabeza.
-¿Nunca has escuchado hablar de los “cazatesoros” como nosotros? Nuestro ayudante nos avisó de que aquí había mercancía interesante que podríamos vender a los traficantes en el mercado negro. Vuestros órganos y cuernos nos darán un buen puñado de monedas, ¿sabes?

La chica apretó los dientes sintiéndose impotente.
-No te preocupes. Sufres un poco al principio...pero se te pasará... –dicho esto la soltó y dio media vuelta- ¡Bien, chicos! ¡Cargadlos y larguémonos de aquí!
-Me temo que no puedo dejar que os los llevéis...

La mirada de todos los presentes se posó en dos figuras que acababan de llegar. Una de ellas era un pequeño imp en cuya mano había un puro, el cual no tardó en encender con uno de sus dedos; y el otro era un chico de pelo castaño, corto y alborotado, y que tanto Eri como Akira conocían bien.
-¿Kaoru? –se sorprendió el medio demonio.

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