-Esa llama, no es normal –declaró Akira.
El fuego se concentraba alrededor de Luka alzándose
hacia el cielo entre naranja y rojo. Al contrario de lo que pensaría cualquier
persona al verlo, éste no quemaba la hierba que había alrededor, como si de
algún modo se hubiese vuelto intangible.
-¿Alguna sugerencia? –preguntó el medio demonio a
sus aliados.
En ese momento, la descendiente de Sorath abrió la
boca, provocando que frente a ella otra
llama tomase forma y fuese disparada hacia delante.
-¡Uah! –apartándose del camino, los tres la
esquivaron. No obstante, ésta fue seguida de otra serie, impidiéndoles dejar de
moverse si no querían acabar achicharrados.
-¡No parece que nos esté dejando mucho tiempo para
pensar, ¿no crees?! –exclamó Agramón.
-¡Algo tendremos que hacer! –Akira volvió a evadir
otro ataque que fue a parar a uno de los árboles el cual comenzó a arder- ¡Oh,
mierda!
Entonces, Eri dibujó una especie de símbolo en el
aire y al momento apareció una manguera en sus manos, la cual estaba conectada
a un grifo. A partir de éste, el agua recorrió la manguera hasta ser expulsada
por el extremo de la misma, acabando con la llama antes de que se propagase.
-¿Una manguera? –se quedó perplejo Akira.
-¡E-es lo primero que se me ha venido a la mente,
¿vale?! ¡Para que algo se materialice tengo que tener el objeto muy bien
definido en mi cabeza, de lo contrario no pasará nada! ¡Uah!
Dejando el utensilio en el suelo, la chica consiguió
esquivar otro ataque en el último momento.
-¡Si pudiese materializar cualquier cosa a mí se me
habría ocurrido una nube con lluvia o algo así! ¡De esa manera los árboles
adyacentes también se mantendrían húmedos, ¿no?!
-¡Perdona por ser una idiota, ¿vale?!
-¡¿Queréis callaros los dos?! ¡No es momento para
discutir! –replicó Agramón mientras continuaba corriendo intentando que no le
alcanzase el fuego, el cual había comenzado a extenderse por la hierba.
Una nube de pequeño tamaño apareció sobre el área en
la que se encontraban, haciendo desaparecer el fuego con la lluvia que comenzó
a caer a partir de ella.
El grupo de tres finalmente consiguió reunirse en el
mismo punto una vez las llamaradas se hubieron detenido.
-¿Ves? Eso ha sido mejor.
Eri le lanzó una mirada furtiva al chico quien
dibujó una sonrisa irónica y decidió dejar el tema para no hacerla enfadar más.
-Sea como sea, si vuelve a empezar con esas
llamaradas lo tendremos crudo... –indicó Agramón.
-Creo que tengo una idea para acercarme hasta ella.
Eri, ¿hasta donde alcanza tu poder?
-Siempre y cuando no sean cosas muy grandes o
complejas no tendré problemas al materializarlas. Pero sólo podré mantenerlas
durante un periodo de tiempo limitado.
-Bien, entonces creo que puede resultar. Necesito
que materialices cuernos en mi cabeza.
-¿Cuernos?
- Sí. ¡Eh! ¡Agramón!
-Qué...
-Tú serás la distracción...
Segundos después, el zorro comenzó a moverse
atrayendo la atención de Luka, quien no dudó en volver a disparar contra él.
Por otra parte, Akira presentaba ahora dos cuernos
en su cabeza y parecía estar concentrado. Una fuente de electricidad comenzó a
acumularse en la pequeña nube que había materializado Eri. Fue entonces cuando
un rayo descendió y cayó encima del medio demonio.
-Esa es... –comenzó Eri.
-...la técnica de mi padre –sentenció el chico.
En décimas de segundo se situó justo delante de la
descendiente de Sorath quien, sorprendida, recibió un puñetazo que la lanzó
varios metros hacia atrás, dejándola acostada sobre la hierba.
El joven se acarició la mano, pues el fuego que
rodeaba a Luka le había quemado.
-¿Cómo es posible que me haya quemado a mí y no a la
hierba?
Incorporándose con cierta dificultad por el golpe
recibido, la demonio se encaró a su oponente. En ese instante, el medio demonio
creyó ver una macabra sonrisa procedente de la sombra, lo que le produjo un escalofrío.
Fue entonces cuando el color de la llama que la
rodeaba se tornó azul. Y haciendo uso de una gran velocidad propiciada por sus
cuatro extremidades, se dirigió de frente contra Akira, quien consiguió
esquivar el golpe gracias a que todavía mantenía su habilidad pero sintió como
un dolor intenso aparecía en la parte más cercana a la chica, mostrándose como
la piel era quemada al instante.
Dándose cuenta de esto, se alejó hasta situarse de
nuevo junto a Eri y Agramón.
-¡Akira-kun! –exclamó Eri posando una mano sobre la
zona que había sido quemada, manchándola de sangre- ¿Qué ha ocurrido?
-Es como el Sol...
-¿Huh? –la chica no entendía a qué se refería.
-La temperatura de la superficie y sus alrededores
es muy alta, probablemente a diferencia de la del interior. En el estado en el
que se encuentra ahora si te acercas a ella te pasará lo que a mí...
-Pero, no lo entiendo, por qué sólo te ha afectado a
ti y no a la hierba o a los árboles.
-Creo...que la llama que la rodea es diferente que
la que ha utilizado para lanzar esas llamaradas. Es como si fuese una barrera
que únicamente la protege contra aquello que ella considera peligroso.
-Entonces...es imposible llegar hasta ella...
-Si intentamos tocar la superficie de su llama con
nuestras manos, éstas se carbonizarán al instante...
La súcubo levantó la cabeza para observar cómo su
amiga se movía lentamente hacia ellos, sabiéndose dominante en aquella batalla.
“Maldita sea...tengo que hacer algo...pero, ¿qué?
Piensa, Eri, piensa...”
De repente, la descendiente de Sorath inició la
carrera, disponiéndose a quemarlos al lanzarse sobre ellos como un león en
plena caza.
-¡Agra-chan, coge a Akira-kun!
Mientras gritaba estas palabras, la chica se subió
encima del zorro a la vez que éste cogía con su boca al joven herido y lo
situaba sobre su dorso.
-¡Vamos, corre!
-¡¿Qué?!
-¡Rápido!
Acelerando con la musculatura de sus patas traseras,
el demonio consiguió evitar que los alcanzase, no obstante, eso no impidió que
les pisase los talones mientras corrían a través de la arboleda.
-¡¿Y ahora qué propones?! –preguntó Agramón mientras
intentaba dejar a Luka atrás.
-¡Creo que se me ha ocurrido una idea! ¡Aunque no sé
si funcionará!
-¡Genial! ¡Esas son las ideas que más me gustan!
–respondió con ironía.
-¡Primero tendremos que despistarla y atraerla de
nuevo hacia el sitio de antes! ¡Si puedo mantener la nube hasta entonces, lo
conseguiremos! ¡Akira-kun, voy a necesitar tu ayuda! ¡¿Cómo te encuentras?!
Incorporándose levemente, el medio demonio levantó
el pulgar.
-¿¡Podrías decirle que volviese a su forma humana!?
¡Nos está alcanzando! –se quejó Agramón, quien, con el peso de la
transformación de Akira apenas podía mantener un buen ritmo.
Escuchando esto, el chico volvió a la normalidad,
sin embargo, esto le llevó a toser fuertemente.
-¡¿Qué ocurre?!
-No te preocupes...en mi estado humano la herida me
afecta más al tener menos resistencia física, pero los soportaré.
-¡Tenemos que darnos prisa, Agra-chan!
-¡Eso es muy fácil decirlo! ¡Cuidado!
Atravesando un estrecho producido por varios árboles
en fila, el trío vio como una mano de una anchura equiparable al tamaño del
zorro en ese momento, y cubierta de fuego azul, tomaba forma a partir de la
llama que rodeaba a su perseguidora y se cernía sobre ellos.
Apoyándose en uno de los troncos, Agramón se impulsó
de manera que únicamente fueron quemados algunos pelos de la cola.
-¡Uah! ¡Me quemo!
-¡Tranquilo! ¡Sigues entero! ¡Gira a la derecha por
aquí! –exclamó Eri agarrándose con fuerza al demonio.
Éste obedeció la orden, esquivando otro intento de
caza de aquella mano, pero, por más que corría y corría, seguía siendo acosado
por Luka.
-Así no llegaremos a ningún lado...si pudiésemos
retenerla de alguna forma...
-Según éste las llamas que lo cubren sólo nos
afectan a nosotros y no al terreno, ¿verdad?
-¿Huh? –la joven se sorprendió ante las palabras de
Agramón- S-sí...eso dijo...
-Jeje...entonces veremos si le gusta esto.
Llegando a una zona donde el espacio que había entre
los árboles era más estrecho, el zorro realizó profundos arañazos en la parte
más baja de los troncos, provocando que estos se balancearan al perder punto de
apoyo por la zona arrancada. Éste proceso fue repetido con los siguientes
mientras el zorro se movía en círculos, vigilando que continuase siendo perseguido.
Cuando volvió a pasar por los primeros troncos a los
que les había hincado sus garras, éstos se precipitaron hacia el trío, quienes
estaban a punto de ser cogidos por su perseguidora.
-¡Ahora!
Salvando la mayor distancia posible con la mayor
fuerza de salto que le permitieron sus patas, Agramón logró atravesar el hueco
dejado por los troncos antes de caer encima de la descendiente de Sorath, que
quedó atrapada debajo.
-¡Uah! ¡Es genial, Agra-chan!
-Siempre se me han dado bien las trampas. Y ahora
salgamos de aquí antes de que se libere.
Llegando de nuevo al lugar de inicio, Akira y Eri se
bajaron del demonio animal. Acto seguido, la joven retiró el aura roja que
había puesto sobre él.
-¿Huh? ¿Qué estás haciendo? –preguntó mientras
recuperaba la forma del pequeño zorro.
-Voy a necesitar todo el Setten posible para hacer
lo que tengo pensado.
Tras esto, volvió a dibujar un símbolo en el aire,
haciendo aparecer un rifle calcado al que usaba Asari.
-Toma –dijo mientras se lo entregaba a Akira.
-¿Q-qué diablos quieres que haga con esto? –preguntó
el chico.
-¿Alguna vez has disparado un arma?
-B-bueno, Asari me enseñó algo sobre cómo
disparar...
-Suficiente entonces.
-¡Espera! ¡¿Pretendes que dispare esto?! ¡Jamás he
disparado algo de este tamaño!
-Pues ahora tendrás que hacerlo.
-Pero...
-No queda tiempo, y a la nube que materialicé antes
no le queda mucho para desvanecerse, así que escuchad bien lo que os tengo que
decir...
Finalmente, Luka llegó hasta el claro donde habían
estado luchando antes. No había nadie esperándola, por lo que empezó a moverse
hacia delante despacio, vigilando constantemente sus alrededores.
De repente algo apareció en la distancia,
desplazándose a la misma velocidad que ella. A lo lejos no se podía estar
seguro de qué se trataba, pero era alargado y de color negro, además parecía
tener un tamaño considerable.
Fue avanzando unos cuantos pasos cuando pudo
distinguirla. Con unas patas alargadas y varios pelos saliendo de ellas,
antenas que temblaban a cada paso que daba, ojos de color rojo y cuerpo duro;
una gigantesca cucaracha caminaba sobre el extenso mar de hierba.
Como si algo la hubiese paralizado, la demonio se
detuvo en seco, incapaz de continuar su camino, observando con ojos exorbitados
lo que tenía delante.
-¡Ahora!
En ese momento apareció Eri desde detrás del
insecto, moviendo sus alas para desplazarse a mayor velocidad a la vez que
trazaba varias líneas con sus dedos, dando forma a una especie de figura
geométrica. Tras esto, un bloque de hielo hexagonal surgió justo encima de su
contrincante cayendo en dirección a la cabeza. No obstante, la llama que la
rodeaba evaporó la estructura tras convertirla en líquido.
-¡Akira-kun!
Un rayo cayó desde la pequeña nube, aterrizando
detrás de una de las rocas. Tras esto, el chico hizo acto de presencia,
apuntando a la descendiente de Sorath con el rifle e intentando mantener a raya
su propio pulso a la vez que observaba su objetivo por la mirilla.
-¡Vamos! –gritando esto, el chico hizo pasar la
electricidad del relámpago al arma, disparando una bala que se dirigió a la
velocidad de la luz hacía el objetivo, consiguiendo acertarle en el hombro y
dando lugar a que saliese despedido hacia atrás hasta chocarse contra otra de
las rocas del escenario.
Después del impacto, la llama se esfumó, quedando
únicamente el cuerpo inconsciente de su amiga.
-¡Luka! –la súcubo intentó correr hasta situarse a
su lado pero las fuerzas le fallaron y cayó al suelo, desvaneciéndose su forma
demoníaca y volviendo a la normalidad- Maldita sea...
El joven, por su parte, se acercó a la Eri y, con
las manos libres del recién desaparecido rifle francotirador, la ayudó a
levantarse, dándole apoyo con su hombro.
-Te llevaré hasta allí...
Ya junto a su amiga, la demonio comprobó el pulso de
ésta para asegurarse de que seguía viva, profiriendo un suspiro de alivio tras
posar los dedos sobre su cuello.
-¿Cómo sabías que la bala atravesaría la llama?
-Realmente no estaba segura de si lo conseguiría. Ya
te dije que tenía la sensación de que una parte de Luka seguía consciente, así
que quería intentar llegar hasta ella –mientras explicaba esto, Agramón, se
unió a ellos en su forma de zorro-. Fue entonces cuando pensé en el poder de
Agra-chan. Quizás si conseguía sorprenderla haciendo que se enfrentase a lo que
más temía, su poder se debilitase, y entonces sólo tendría que reducir lo
máximo que pudiese la temperatura de su llama para que la bala pudiese
atravesarla. Además, si ésta iba lo suficientemente rápida habría más
posibilidades de conseguirlo.
-De ahí lo de la improvisada railgun...
-Jejeje...
-Ha sido peligroso, Eri. El efecto podría haber sido
muy destructivo...además... ¿qué habría pasado si hubiese fallado el tiro?
-Sabía que lo lograrías. Confiaba en ti.
-Ah... –resopló él a la vez que cerraba los ojos y
se rascaba la nuca-. Bueno, en cualquier caso parece que todo ha salido bien...
-Sí... –dijo la chica observando a Luka.
De repente una red se cernió sobre Akira, pillándolo
desprevenido y atrapándolo en el acto.
-¡¿Qué?! –exclamó cayendo al suelo debido a la fuerza
del objeto.
-¡Akira-kun! –la demonio intentó levantarse para
socorrerlo pero todavía no había recuperado sus fuerzas.
En ese momento, un hombre se acercó a ella como
salido de la nada y la golpeó en la cara con la culata de su rifle.
-¡Gah!
Acto seguido, el hombre agarró sus muñecas y le puso
unas esposas, inmovilizándola con su propio peso. Con la mejilla presionada
contra el suelo, la joven pudo ver como otro hombre agredía a Agramón,
dejándolo inconsciente para después lanzarle otra red.
Junto a los recién llegados iban dos individuos que
destacaban sobre los demás. Uno era bastante musculoso y llevaba la cabeza
rapada, con un tatuaje en el centro de la misma; y el otro vestía una túnica
negra a través de la cual sólo se le veía la boca.
-No está mal. No está nada mal. Creo que hemos
capturado unas buenas presas, chicos.
-Ellos dos son demonios puros. El otro es un medio
demonio.
-Ya veo. Estoy seguro de que nos darán una buena
paga por su venta.
-Espero que no te olvides de nuestro trato.
-No te preocupes. Soy un hombre de palabra.
-¡¿Qui-quienes sois?! ¡¿Qu-qué estáis haciendo
aquí?!
El de la cabeza se acercó a Eri, a quien le costaba
mucho hablar por el peso de quien tenía encima.
El hombre la agarró del pelo y le levantó la cabeza.
-¿Nunca has escuchado hablar de los “cazatesoros”
como nosotros? Nuestro ayudante nos avisó de que aquí había mercancía
interesante que podríamos vender a los traficantes en el mercado negro.
Vuestros órganos y cuernos nos darán un buen puñado de monedas, ¿sabes?
La chica apretó los dientes sintiéndose impotente.
-No te preocupes. Sufres un poco al principio...pero
se te pasará... –dicho esto la soltó y dio media vuelta- ¡Bien, chicos!
¡Cargadlos y larguémonos de aquí!
-Me temo que no puedo dejar que os los llevéis...
La mirada de todos los presentes se posó en dos
figuras que acababan de llegar. Una de ellas era un pequeño imp en cuya mano
había un puro, el cual no tardó en encender con uno de sus dedos; y el otro era
un chico de pelo castaño, corto y alborotado, y que tanto Eri como Akira
conocían bien.
-¿Kaoru? –se sorprendió el medio demonio.
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