Durante unos momentos, Eri y la que anteriormente
había sido su amiga se observaron. La chica todavía seguía incrédula y sin
saber bien qué hacer.
Por su parte, la transformada Luka giró la vista
hacia Mizuki y posteriormente volvió a fijarla en Eri.
-¿Qué te ha ocurrido...? –levantando la mano
lentamente, la joven la acercó a su mejilla, pero, justo cuando estaba apunto
de tomar contacto con ésta, Luka se dobló sobre su estómago, gruñendo de una
manera sobrenatural.
Fue entonces cuando Mizuki abrió los ojos.
-¿L-Luka-chan?
Despejándose un poco más de su sueño, la chica pudo
ver cara a cara el cambio que había pegado la aludida, lo que causó un grito de
terror por su parte.
-¿Qué ha sido eso? –alarmado, Akira giró la cabeza
hacia el foco del sonido. Momentos después, una figura salió corriendo desde
una de las tiendas, desplazándose con sus cuatro extremidades.
Viendo que se dirigía hacia ellos, el medio demonio
se puso en medio para evitar que Kazuma y Nanako se viesen involucrados. Lo que
no esperaba era la fuerza sobrehumana con la que, de un manotazo, lo lanzó
hacia uno de los laterales aquella sombra de movimiento animal, provocando que
se diese de espaldas contra el suelo.
Situándose justo enfrente de Kazuma, dejándolo
sentado, indefenso y sorprendido por el repentino encuentro, se dispuso a
atacarle, sin embargo una fuerza impactó contra su costado, alejándolo de
ellos.
-¿H-Hioni-sensei?
-Siempre ocurre la acción en el lugar en el que no
estoy... –se quejó Reima/Derain mientras encaraba a Luka- Así que eras tú...
Cerca de allí, un ser de mayor tamaño que caminaba
sobre grandes brazos como lo haría un gorila se situó detrás de la transformada
chica, impidiéndole el paso.
-Esta vez no me pillarás desprevenido –dijo Akira
habiendo adoptado su forma demoníaca.
No obstante, una vez consiguió vislumbrar de quién
se trataba, se quedó casi sin habla.
-Luka...
Aprovechando la ocasión, la chica se lanzó contra
él, el cual no tuvo más remedio que hacerse a un lado para evitar que le
golpease, dejándole espacio para que huyese entre los árboles del valle.
-Mierda... –volvió a quejarse Derain.
-¡¿Qué era eso?! –exclamó Kazuma intentando mover
uno de sus brazos para señalar hacia los árboles, retractándose al observar la
figura de Akira- Ah... ¡¿qué está pasando aquí?!
La normalmente silenciosa Nanako se hallaba sentada
de rodillas agarrada fuertemente al brazo del chico, mirando de un lado a otro
alarmada.
-Más problemas...lo que faltaba... –quejándose por
tercera vez en poco menos de cinco minutos, Derain se llevó una mano a la
frente al darse cuenta de lo que suponía que esos dos hubiesen visto a los
demonios. Pero aún había más. Saliendo de la tienda junto a Mizuki, Eri llegó
hasta donde se encontraban los demás.
-¡Luka era el demonio! –exclamó corriendo hacia ellos.
-Ya nos hemos dado cuenta, no lo digas a voz en
grito o el trabajo se nos acumulará –se irritó el imp que ya empezaba a
hartarse de las continuas desgracias- Ha huido entre los árboles...
-Entonces, ¿esa era...? –Mizuki todavía no terminaba
de creer lo que sus ojos habían visto. Suficiente con que había conseguido
mantener una mínima compostura.
-Pero... ¿cómo es posible? –preguntó Eri.
-Creo tener una ligera idea... –comentó Derain.
-No será... –especuló Akira.
-No hay otra posibilidad.
-En cualquier caso, tenemos que seguirla –propuso
Eri.
-Bien, nos repartiremos. Akira, Agramón y tú
comenzad la persecución. Yo iré a avisar a Asari para que se quede con los
entrometidos...
-¡¿Entrometidos?! –replicó Kazuma.
-...y os seguiré después.
-¡Me ha ignorado completamente!
-De acuerdo.
-¿Alguien nos va a explicar lo que pasa? Espera,
¡¿tú eres Akira-kun?! –Mizuki cambió su expresión al ver al demonio de
considerable tamaño.
-Ahora no es momento para entretenerse. Ya se os
explicará después. ¡Vamos! ¡Moveos!
Tras esto, el grupo de tres se marchó perdiéndose
por el mismo sitio por el que había desaparecido Luka.
-¿A qué se refería Derain, Akira-kun? –mientras
esquivaban los troncos de los árboles y guiados por el medio demonio, los dos
se movían siguiendo el rastro de Setten dejado por su amiga- Dijo que tenía una
ligera idea de lo que podría haberle ocurrido a Luka...
El joven se mantuvo un tiempo en silencio antes de
contestar.
-¿Recuerdas cuando te hablé de que a veces surgen
hijos de demonios que no presentan características de ellos?
-Sí, “Stray Devils”...
-Así es. Digamos que Luka podría ser el caso
contrario.
-¿El caso contrario? ¿Te refieres a hijos de humanos
con características de demonio?
-Sí...
-Pero, no lo entiendo. Que yo sepa, Luka nunca ha
mostrado ninguna característica o poder que demostrara que fuese una demonio.
-El Setten y las características físicas de los
demonios no tiene por qué mostrarse desde el nacimiento. Al estar relacionado
con la genética y las mezclas producidas entre demonios y humanos a lo largo
del tiempo, el despertar puede darse a partir de cierta edad. No lo había
pensado pero, probablemente, las molestias que sentía tenían que ver con los
cambios que se estaban produciendo en su cuerpo.
-No sabía nada... –se apenó Eri.
-No es tu culpa. No conocías sobre ellos así que es
lógico que no pudieses evitarlo. Por ahora centrémonos en encontrarla y
reducirla, tal y el estado en el que está no parece consciente de sí misma...
-No creo que eso sea del todo cierto...
Mientras continuaba corriendo, el medio demonio giró
la cabeza, como preguntando a qué se refería la joven.
-Cuando se transformó en la tienda de acampada...nos
quedamos mirando durante unos instantes...en ese momento podría habernos
atacado tanto a Mizuki-chan como a mí...pero no lo hizo. Sentí que una parte de
la consciencia de Luka todavía seguía allí y no quería atacar a nadie.
-En ese caso puede que la probabilidad de traerla de
vuelta sea alta. Ya pensaremos qué hacer después de detenerla...
La súcubo asintió.
Tras recorrer una larga distancia, llegaron a un
claro en lo alto de la colina por la que habían estado ascendiendo. El llano en
el que se encontraban estaba bien iluminado por la Luna pese a que no era
llena, dejando ver un extenso mar de hierba alta rodeada de árboles y algunas
rocas de mediano tamaño distribuidas de forma aleatoria por el terreno.
-A partir de aquí no puedo seguir bien el rastro de
Setten. Maldita sea, si Derain estuviese con nosotros...
-Está aquí –declaró Agramón desde el hombro de Eri.
Varios metros alejada de su posición se encontraba
una sombra agachada sobre la superficie de la hierba. Al acercarse un poco más,
vieron a Luka, quien, con avidez, se alimentaba de un cadáver de ciervo sin
preocuparse demasiado por su alrededor. Sin embargo, no tardó en notar la
presencia de los tres, dándose la vuelta repentinamente y poniéndose en guardia
como si se tratase de un gato intentando proteger su territorio.
-Luka...por favor...soy yo...Eri...
Pese a que no parecía dispuesta a atacar por el
momento, su amiga no mostró ninguna señal de reconocimiento, ni siquiera de
retirarse.
-Esto no me gusta... –dijo Akira.
Entonces, con un movimiento rápido, la chica se
lanzó de frente contra Eri, chocándose contra el cuerpo del medio demonio,
quien la placó, dando como consecuencia que ambos rodasen por el suelo hasta
quedar separados metros más adelante. Posteriormente, ambos se mantuvieron
frente a frente, caminando en círculos esperando un segundo momento para
atacar.
Ésta vez la iniciativa fue tomada por el chico,
quien cargó juntado ambos brazos por sus extremos como si de un martillo se
tratase y golpeó el lugar en el que se encontraba la recién transformada, no
obstante, este golpe no tardó en ser esquivado por su contrincante quien saltó
hacia el medio demonio, moviendo una de sus manos con la intención de infligir
un arañazo en el costado de éste, el cual no tuvo más remedio que interponer
una de sus extremidades en el rango de ataque de ella para defenderse.
En ese instante, la chica realizó una acrobacia en
el aire imposible para un ser humano, retractándose de su ataque y colocándose
sobre la zona cervical de la espalda del chico.
Viéndose sorprendido por la rápida finta de su
adversaria, Akira no pudo hacer otra cosa que encajar un fuerte mordisco en el
cuello, dando lugar a un terrible gruñido por su parte.
-¡Akira-kun! –exclamó Eri.
Por más que intentaba librarse de los dientes de
ella, éstos estaban fuertemente enganchados a su musculatura.
Acto seguido, sus colmillos empezaron a emitir una
pequeña llama que fue transmitida a la herida provocada en el medo demonio,
quien cayó de rodillas al suelo debido al aumento del dolor.
-Chst...no puedo quedarme aquí mirando... –se dijo
Eri a sí misma- ¡Agra-chan!
-¡Entendido!
La demonio cerró sus ojos y una pequeña brisa meció
su cabello. Acto seguido, un par de alas surgieron de su espalda rompiendo la
parte de atrás del pijama que llevaba puesto. Asimismo, sus cuernos aumentaron
de tamaño y una cola brotó de las últimas vértebras de la columna. Como último
detalle, unas líneas de color rojo se dibujaron en su rostro, descendiendo a
partir de sus ojos.
A su lado, Agramón se hizo más grande a la vez que
se le erizaba el pelo y se volvía de color negro, afilándose sus colmillos
hasta alcanzar el tamaño de los de un dientes de sable, tomando un aspecto
terrorífico. Tras esto, Eri alargó su brazo apuntando al zorro, el cual fue
envuelto en una extraña aura de color rojo.
-Bien, ya estamos listos.
“Días antes
del campamento, Eri se encontraba entrenando sus habilidades con Derain.
Observando a cierta distancia, estaba Agramón.
-Tu poder se
basa en las ilusiones, pensamientos y sueños. Sin embargo, en tu caso, puedes
hacer que estos se conviertan en entidades reales.
La chica,
quien se encontraba transformada en súcubo, escuchaba atentamente a su mentor.
Puesto que ya había aprendido a mantener esa forma durante más tiempo, ahora
sólo le quedaba adaptarse a las habilidades de su propia raza.
-¿Quieres
decir que entonces puedo hacer que simples ilusiones tengan...digamos...”cuerpo”?
-Algo así. En
mi caso puedo hacer que la gente vea o piense lo que yo quiera pero eso no
significa que esté ahí. Engaño directamente al cerebro pero no produzco ningún
cambio en la realidad. Por el contrario, tú sí que provocas cambios en ella.
-Ya veo... –se
sorprendió mientras observaba las palmas de sus manos.
-El poder de
Agramón también se basa en el campo de la ilusión pero no puede usarse para el
combate en sí. Representa formas de terror que se encuentra en los corazones de
los demás pero estos sólo podrán afectar al estado psicológico, no causará
ningún daño ni al cuerpo ni a la mente, ya que ni la forma física existe ni
interfiere en el cerebro del adversario. Así pues, utilizaba todas aquellas
trampas de las que hablasteis para enfatizar sus propias transformaciones. En
eso se diferencia tanto de lo que hago yo como de lo que haces tú.
-Entonces
dentro de un mismo campo hay también ciertas diferencias en las habilidades de
los demonios.
Derain
asintió.
-Y es gracias
a esto que pueden complementarse...
-¿Cómo?
-Por ejemplo,
las transformaciones de Agramón simplemente engañan a la vista, haciendo pensar
al individuo que frente a ellos se encuentra algún ente sobrenatural, algo que
les aterra, pero esto se volvería inútil si fuesen capaces de enfrentarse a
esos miedos, ya que él no podría contraatacar con su poder, tendría que valerse
de otra cosa. Pero, ¿y si esa transformación tomara cuerpo físico? En ese caso,
podría luchar transformado en ellas. Y existe una manera de hacer que una ilusión
se haga realidad...
-Mediante mi
poder...
-Exacto. Si
con tus habilidades haces que sus transformaciones cobren vida, entonces el
poder de ataque de Agramón se verá incrementado enormemente...”
Iniciando la carrera hacia Luka, Agramón golpeó con
una de sus garras delanteras a la chica, liberando a Akira del mordisco.
-Te debo una, zorro.
-¡Ahórrate lo de zorro!
Continuando con el ataque, el demonio animal realizó
un golpe tras otro, manteniendo a raya a su oponente, quien sólo podía
evadirlos.
-¿Estás bien, Akira-kun? –preguntó Eri situándose a
su lado.
-Sí, eso creo –dijo incorporándose sobre sus grandes
brazos.
Momentos después, el zorro era rechazado por un
contraataque de Luka poniéndose delante de los dos jóvenes en espera de otro
ataque de ella.
Habiéndose visto acorralada por la nueva aparición,
la recién transformada comenzó a actuar de forma extraña. Un rugido salió de su
boca transmitiéndose mediante el eco del valle. Al mismo tiempo, el número 666
de su frente empezó a brillar y a partir de ese punto comenzó a salir fuego...
-Por si las cosas no podían ponerse peor...
-Vamos, Akira-kun.
-Sí...
Poniéndose al lado del zorro, se encararon también a
su enemigo.
Por otra parte, Derain ya se había reunido con Asari
y le había explicado la situación por encima.
-Necesito que te quedes con ellos y procures que no
abran demasiado la boca. Cuando acabe todo esto me ocuparé de borrar sus
recuerdos.
-¿Borrar nuestros recuerdos? ¿Pero quien te has
creído que...? –Kazuma levantó la voz expresando su desacuerdo, sin embargo, en
cuestión de segundos Derain le hizo una llave y lo dejó inmovilizado en el
suelo.
-Escúchame, chico. No tengo tiempo para tonterías.
Mucho menos para cargar con mocosos ruidosos que no se están quietos o para
explicarles una historia que me llevaría milenios, así que cállate y obedece,
¿queda claro?
-... –sin saber qué responder, el joven se mantuvo
en silencio.
-¿Sabes de qué demonio se trata?
-En el momento en el que me topé con ella vi el
número 666 en su frente. Sólo conozco a otro demonio además de Satán que
ostentase ese número en su cuerpo.
-Sorath...pero escuché que los “Dying Walkers” lo
mataron.
-A él sí pero no a su descendencia. La bestia del
Sol ha vuelto...
El fuego que había emanado del número en su frente
rodeó a la chica hasta cubrirla por completo, de manera que lo único que podía
verse de ella era una sombra oscura en el interior de la llama.
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