Sentada
en clase, Eri observaba a Reima/Derain explicando la lección que tocaba pese a
que no le prestaba mucha atención. Su mente estaba distraída por la historia
contada el día anterior por Akira.
-Eri...Eriiiii...Eriiiiiiiiii...
–después de intentar llamar su atención en tres ocasiones, Luka optó por
lanzarle una goma de borrar a su amiga.
-¡Ay!
¡L-Luka!
-¿Estás
bien, Eri? Pareces un poco baja de moral. ¡No me digas que Akira-kun te ha
hecho algo!
-¡¿Por
qué demonios iba a hacerme algo?!
-No
sé...te veo a ti de esa forma y él no viene a clase. ¡Suena a que te acosó
sexualmente y entonces vino la policía y...! ¡Ay!
Una
mano golpeó la nuca de la chica.
-Deja
de inventar sandeces, harás que la gente piense mal sobre los demás.
-No
tenías que golpearme tan fuerte, Shiina... –se quejó su amiga acariciándose la
zona afectada.
-En
cualquier caso, Eri, si tienes algún problema no dudes en contar con nosotras.
O por lo menos conmigo...
-¡Shiina,
no seas cruel!
-Gracias,
chicas.
Para
su desgracia, la demonio no podía contar nada de lo que estaba ocurriendo. No
era sólo que prefiriera mantenerlas al margen de todo aquello sino que tampoco
era algo que pudiese decirse si que se diesen lugar a consecuencias.
Durante
el descanso las tres amigas se reunieron, juntando sus respectivos escritorios.
-También
es bastante raro que no haya venido Asari-sensei.
-Ni
ella ni Akira-kun.
-¿Creéis
que esos dos están en algún tipo de relación o...? ¡Ay!
-¡Qué
no digas eso!
-Shiina...si
sigues pegándome así me vas a arrancar la cabeza...
-La
tienes demasiado dura como para que algo así suceda.
-E-en
cualquier caso, seguramente no sea nada importante. Quizás sólo tengan que
atender unos asuntos. Hioni-sensei, por ejemplo, sí que ha venido.
-¿Huh?
¿Qué tiene que ver él con todo esto?
-¿Eh?
E-esto...nada...
-¿Seguro
que te encuentras bien, Eri?
-S-sí,
n-no hay ningún problema.
-Chicas...
Irrumpiendo
en la conversación apareció Kaoru.
-¿Sabéis
algo de Akira?
Las
tres amigas negaron con la cabeza.
-Hace
dos días que no aparece y cuando le llamé al móvil no me contestó.
-Qué
extraño... –comentó Luka llevándose una mano a la barbilla- Esto cada vez se
vuelve más sospechoso. Oíd, ¿qué os parece si vamos directamente a casa de
Akira-kun? Seguro que sus padres saben algo.
-¡Pffff!
Eri
escupió parte de su bebida sin querer, tosiendo poco después.
-¡N-no...!
Sus
tres compañeros la miraron como si estuviera loca.
-¡N-no
creo que sea buena idea!
-¿Por
qué? –preguntó Shiina dándole un pañuelo a su amiga.
-Gracias...bueno...podríamos
molestarlos...y más si él está enfermo...
-Pero
al fin y al cabo le tendremos que dar los apuntes y deberes que nos han
mandado, ¿no? Estoy seguro de que ni a él ni a sus padres les molestaremos si
vamos con ese propósito –señaló Luka.
-Em...esto...
–Eri no sabía como contrariar sus palabras.
-Por
una vez estoy de acuerdo con Luka. Vayamos después de clases pues.
-¿Después
de clases? No creo que pueda...he quedado con Hioni-sensei para preguntarle
algo acerca de la asignatura y... –intentó objetar Eri.
-No
te preocupes. Le pediremos a sensei que también venga con nosotros.
-Estoy
segura de que estará demasiado ocupado como para poder venir con nosotros...
-Claro.
Iré con vosotros –contestó Reima/Derain.
-Entonces
decidido. Después de clases nos reuniremos en la entrada para dirigirnos a casa
de Akira-kun –sentenció Shiina.
Por
su parte, Eri se acercó al imp para poder hablarle sin que la escuchasen sus
compañeros.
-¿Se
puede saber por qué has aceptado?
-¿Por
qué? ¿No debería?
-Si
van a casa de Akira y hacen que sus padres se den cuenta de que no está, las
cosas se pondrán muy difíciles.
-Ah...es
por eso...no creo que tengas de qué preocuparte. ¿De verdad piensas que Akira
haría algo sin cubrirse las espaldas?
-¿A
qué te refieres?
-Ya
lo verás. En cualquier caso ahora tengo excusa para largarme antes de aquí.
-No
eres muy trabajador tú, ¿verdad? –comentó la demonio dando un resoplido.
Sin
muchos contratiempos salvo los de convencer a Derain de que no fumara mientras
fuese con alumnos, finalmente llegaron a la casa de su compañero. Shiina fue la
encargada de llamar al timbre y contestar a la madre de Akira.
-Mi
nombre es Ibuka Shiina. Soy compañera de Akira-kun y delegada de la clase. Unos
compañeros y yo hemos venido para darle los apuntes y deberes de estos últimos
días a Akira-kun. Nos gustaría saber también si se encuentra bien.
Eri
esperaba una respuesta de sorpresa por parte de la mujer, sin embargo fue ella
quien se sorprendió en su lugar.
-Claro,
pasad, pasad.
La
demonio miró a Reima/Derain quien, despreocupadamente, parecía distraerse con
el jardín de la casa de los Haga...
-Un
momento...el apellido del padre de Akira-kun también era Haga. ¿Significa que
los padres adoptivos también son parientes?
-Parientes
lejanos pero sí, lo son.
-¿Eso
quiere decir que también son demonios?
-No,
son humanos aunque no desconocen la existencia de los demonios.
-¿Cómo
es eso posible?
-Los
mestizajes han existido desde épocas lejanas. La posibilidad de que las raíces
de una misma familia se dividan en una rama de demonios y otra de humanos no es
algo imposible. Aunque puede resultar poco conveniente ya que ambas ramas
pueden acabar odiándose debido a las diferencias entre especies.
-Ya
veo.
-En
cualquier caso no tienes de qué preocuparte. Esa mujer conoce bien a Akira, así
que no dirán nada que suene extraño –explicó Reima/Derain.
Los
invitados entraron en la casa donde los recibió una mujer de cuarenta y pocos,
pelo negro y rasgos amables.
-Lamento
deciros que mi hijo no se encuentra en este momento en casa. Estos días ha
tenido que ocuparse de algunos recados por parte de mi marido relacionados con
su trabajo. Últimamente ha estado muy ocupado y Akira le echa una mano para que
pueda cumplir con todos los encargos. Siento las molestias causadas –dijo la
madre de Akira dirigiéndose a Reima/Derain.
-No
importa pero asegúrese de que se incorpora a las clases lo más rápido posible.
“Seguro
que tú y Asari-sensei también habéis metido algo de mano en esto”, pensó Eri
mientras posaba los ojos sobre su falso profesor.
-Entiendo.
Entonces dejaremos aquí las cosas y nos marcharemos.
-¿No
queréis tomar algo? Ya que os habéis molestado en venir hasta aquí.
-No,
muchas gracias. Tenemos que irnos.
-De
acuerdo, como queráis.
Cuando
se disponían a marcharse, la madre de Akira le hizo una señal a Eri para que se
quedase. Ésta se mostró algo extrañada pero hizo caso a la petición de manera
que ambas se quedaron a solas.
-Tú
debes de ser Eri-chan.
Ella
asintió.
-Pese
a que vosotras habéis sido amigas de mi hijo durante bastante tiempo me cuesta
reconoceros –la mujer rió-. Habéis crecido mucho desde la última vez que os vi.
Si
bien cierto era que ellas tres conocían al chico desde hacía tiempo, no había
ocurrido lo mismo con sus familiares, a los cuales había visto en contadas
ocasiones. Aunque tampoco es que Akira hablase mucho sobre ellos.
-Gracias
por cuidar de mi hijo durante todo este tiempo.
-Bueno...en
realidad debería decir que me ha cuidado más él a mí –comentó la chica
recordando el incidente con Ryouta.
-Lo
sé. Ese chico es demasiado amable. No dejes que haga ninguna tontería...
-Claro...
Por
mucho que no fuese su madre biológica se notaba que estaba preocupada por él.
La chica se sentía un poco mal de no estar todavía capacitada para ayudar a su
hijo.
-¿Qué
es lo que te ha dicho? –preguntó Luka una vez les hubo alcanzado.
-Nada
importante...
-Bueno,
ahora que ya sabemos donde se encuentra no tenemos motivos para seguir
investigando...
-Mm...no
sé...a mí me sigue pareciendo un poco raro...
Todos
giraron la cabeza hacia Kaoru.
-¿A
qué te refieres?
-No
sé, puede que sólo sea una suposición pero tengo la sensación de que nos ha
engañado.
-N-no
digas tonterías. ¿Por qué su madre iba a hacer algo así?
-No
lo sé...por eso digo que es una suposición...
-Dudo
mucho que mintiera, y mucho menos sobre algo así. Dicho esto me voy, tengo
cosas que hacer –dijo Shiina.
-Yo
también me retiro –corroboró Luka- ¿Huh? ¿Y Hioni-sensei?
Cuando
quisieron darse cuenta, el profesor ya había desaparecido.
-Parece
que se ha esfumado en cuanto ha tenido oportunidad... –murmuró Eri- Será mejor
que nosotros nos vayamos también, Fujita-kun.
-¿Eh?
Ah, claro.
El
chico parecía distraído. Probablemente pensando todavía en lo que acababa de
decir. ¿Se habría imaginado algo sobre lo de Akira?
-Bah,
tonterías... –se dijo a sí misma.
En
un lugar apartado de la ciudad, Haga Ryouta estaba esperando a alguien. Para
pasar más desapercibido había decidido adoptar una forma humanoide pese a que
sus cuernos todavía eran visibles.
Al
cabo de un tiempo apareció ante él un hombre. La oscuridad impedía verle bien
pero sabía de quien se trataba: la persona que le había ayudado a salir de
aquella prisión.
-Te
veo bien, Ryouta.
-Cállate.
-Vaya,
no eres un tipo muy amigable. Y eso que te ayudé a salir de “Cerberos”.
-Te
estoy agradecido por ello pero eso no significa que confíe en ti, humano.
-Tu
rencor hacia los humanos es temible...pero eso me gusta de ti.
-¿A
qué te refieres?
-Verás
pese a ser lo que soy estoy bastante harto de la sociedad humana. Ya sabes,
siempre rechazando aquello que desconocen e iniciando guerras contra ello sin
ni siquiera pararse a pensar en si realmente es bueno o malo. Los humanos son
tan primitivos que dan pena.
-...
–Ryouta se quedó en silencio mientras aquel hombre despotricaba contra su
propia especie.
-Así
que cuando me enteré de que tú también odiabas a los humanos pensé “¿por qué no
pedirle ayuda? Quizás junto a él pueda darles a los humanos por fin una
lección”. Como ves tenemos el mismo objetivo.
-Entiendo...
¿qué propones pues?
-Verás,
existe una manera para obtener un poder el cual te permita destruir a los
humanos sin que nadie pueda detenerte.
-No
necesito coger poder de ninguna parte.
-¿Ni
siquiera para enfrentarte a “Darkblade”?
-...
-Incluso
con tu fuerza te sería imposible ganarle.
-...
¿cómo consigo ese poder?
-Necesitas
absorber el Setten de los demonios que hay en esta ciudad.
-¿Absorber
el Setten de los demonios?
-Exactamente.
Matarlos y quedarte con su energía vital.
-Jamás
haría algo así.
-Vaya,
pues es una pena. Supongo que entonces tu venganza quedará reducida a sólo un
estúpido deseo. En fin, iré a hacer tratos con otro demonio que sea capaz de
matar a los humanos.
-¡Espera!
¡¿Acaso no me consideras capaz de cumplir mi venganza?!
-Bueno...no
pareces muy dispuesto a ello por lo que veo...
-Bien.
Dime qué tengo que hacer para absorber el Setten del resto de demonios.
-No
te preocupes. De eso me encargo yo. Tú limítate a eliminarlos a fin de que el
Setten pueda ser extraído.
-...de
acuerdo...
-Así
pues hemos cerrado el trato –juntando sus manos complacido, el hombre se dio la
vuelta y se dispuso a marcharse.
-Una
cosa más...
-¿Sí?
-Todavía
no me has dicho tu nombre.
-Oh,
cierto, que modales los míos por no haberme presentado –tras decir esto agacho
la cabeza en señal de saludo-. Encantado de conocerte, Haga Ryouta. Puedes llamarme
Judas...
Kaoru
caminaba en soledad hacia su hogar.
-Te
agradecería que dejaras de seguirme –dijo el chico deteniéndose en mitad de a
calle.
-Me
preguntaba cuánto tardarías en descubrir que te estaba siguiendo. La verdad es
que no está mal para alguien tan joven.
Apareciendo
detrás de él, un imp encendió un puro y se lo llevó a la boca.
-Derain
“Dreambuster”...
-Ja.
Hacía tiempo que nadie me llamaba por ese apodo. Ni siquiera “Darkblade”.
-¿Qué
es lo que quieres de mí?
-Puesto
que nos centramos en la búsqueda de demonios parece ser que no nos percatamos
de tu presencia. Sólo me preguntaba qué busca alguien como tú en un lugar como
éste.
-¿Sólo
eso? Vaya pregunta más estúpida. Vivo aquí luego voy al instituto como
cualquier adolescente normal y corriente...
-Pero
no eres un adolescente corriente, ¿me equivoco?
-...
-Estoy
seguro de que ese no es el único motivo...
Kaoru
sonrió.
-Lo
único que puedo decir es que tengas cuidado. No sé lo que es pero algo está
empezando a cocerse, y es algo que escapa a todo control, incluido el del
mismísimo “Darkblade”.
-¿Algo
que ni siquiera “Darkblade” puede controlar?
-Así
es. Defended a los demonios de este mundo, de lo contrario su extinción no
tardará en llegar...
Dicho
esto el chico continuó su camino, dejando al imp con los brazos cruzados y
apoyado sobre una de las paredes que limitaban las calles. Su expresión se
encontraba entre la confusión y la preocupación.
-Temo
que las cosas se estén moviendo en nuestra contra. Será mejor que te des prisa,
Reima...
-Buff...no
hay nada como una ducha después de un largo día –dijo Shiina mientras se vestía
e iba directamente a su habitación.
Fue
en ese momento cuando la voz de una mujer la llamó.
-¡Shiina!
-¡Sí,
mamá!
-¡Me
tengo que ir a hacer un recado! ¡Cuida de la casa mientras tanto!
-¡Vale!
Se
escuchó el ruido de la puerta cerrándose.
-Desde
luego...seguro que se le ha olvidado algo y ha tenido que ir a comprarlo a
última hora. Esta mujer no va a cambiar nunca...
No
pasó mucho tiempo cuando el timbre de la casa sonó. Shiina se encontraba
leyendo en ese momento por lo que se dispuso a recorrer el espacio que separaba
su habitación del recibidor para abrir la puerta.
-¿Quién
es?
Al
abrirla una niña pequeña hizo acto de presencia frente a la chica.
-¿Mai-chan?
-¡Onee-chan!
La
pequeña se lanzó a abrazarla, aunque debido a su pequeña estatura sus brazos
sólo rodearon las piernas de la joven.
-¿Qué
haces aquí?
Separándola
de sí misma poco a poco, Shiina intentaba entender por qué aquella niña estaba
allí en ese momento. La pequeña era una niña que vivía en su barrio. Sus padres
y los de la pequeña tenían buena relación y más de una vez la chica había
tenido que ocuparse de su cuidado mientras ellos estaban fuera.
Mai
tenía un cabello muy largo y rubio. Según recordaba Shiina, debía de tener unos
cinco o seis años y solía mostrarse como una niña muy cariñosa y simpática.
-Me
he escapado de casa.
-¡¿Qu-qué
diablos estás diciendo?!
El
teléfono comenzó a sonar.
-Espera
un momento, Mai-chan.
La
niña asintió. Por su parte la chica se dirigió hacia el aparato y lo descolgó.
-¿Diga?
-¿Shiina-chan?
-¡N-Nomura-san!
¡Esto...Mai-chan...!
-Lo
sé. Está allí, ¿verdad?
-Sí...
-Esa
niña...
-¿Qué
ha pasado?
-¡Hemos
tenido una discusión y antes de que pudiese darme cuenta ha salido corriendo
fuera de casa! ¡La he estado buscando por todas partes! ¡Menos mal que está
allí!
Shiina
resopló.
-¡Ahora
mismo iré para allá y le daré una buen sermón!
-Quizás
será mejor que espere. De lo contrario puede que vuelva a salir corriendo. ¿Qué
le parece si esta noche se queda en mi casa y mañana la llevo yo misma para
allá?
-¡Pero...eso
sería...!
-No
se preocupe. No me molesta. Ahora mismo estará enfadada pero estoy seguro de
que mañana estará tan arrepentida que le pedirá disculpas por haberse escapado.
-...
Se
hizo el silencio durante unos momentos al otro lado del teléfono.
-Bien...de
acuerdo...cuídala bien entonces...y que no se acueste muy tarde...
-Tranquila.
Ya sabe lo acostumbrada que estoy a cuidar de ella.
-Gracias.
-No
hay de qué. Hasta mañana.
Colgando
el teléfono, Shiina se acercó a Mai.
-Bueno,
por esta noche te quedarás a dormir aquí pero mañana por la mañana tú y yo
tendremos que mantener una buena charla, ¿vale?
Sin
comprender del todo la situación, la niña asintió y acompañó de la mano a la
joven.
Mientras
tanto, un hombre que presentaba un par de cuernos en la cabeza se situó frente
a la casa.
-Empezaré
a reunir el Setten...
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