Humano.
Tras
llegar al hotel me he dirigido hacia donde se encontraba la dependienta. Ella
jugueteaba con un bolígrafo azul dejando ver una notoria expresión de
aburrimiento en su rostro. Es entonces cuando ha advertido mi presencia:
-
Ah, disculpe, no me había dado cuenta de que acababa de llegar. ¿Puedo ayudarle
en algo?
-
Sí, tenía una habitación reservada.
- ¿A
qué nombre?
-
James.
-
¿Qué más?
-
James Burthon.
La
chica ha buscado en una larga lista hasta dar con mi nombre. Tras esto ha
asentido con la cabeza y acto seguido ha desaparecido de mi vista, volviendo
poco después con las llaves de la habitación.
-
Aquí tiene.
-
Gracias.
Dicho
esto he subido las escaleras, alejándome de recepción.
Hace
algún tiempo recibí un extraño mensaje. En él, una persona anónima concertaba
una cita a ciegas en este hotel. No tengo claras las intenciones de la persona
que ha mandado la nota, pero hay algo que me intriga, y es que en parte del
escrito decía “...quiero volver a
verte...”.
¿Qué
es lo que quiere decir? ¿Se trata de alguna broma pesada? Por si acaso llevo
una pistola escondida entre mis ropas. En caso de que resulte ser algo
peligroso podré defenderme...
Finalmente
he llegado a la habitación indicada en el mensaje. Soy el primero, parece que
esa persona todavía no se encuentra aquí...
Han
pasado varias horas y sigo estando solo en la habitación. Me ha parecido
escuchar un sonido extraño cerca de la puerta de entrada. Habrá sido mi
imaginación...
He
escuchado ese sonido por segunda vez. Me he dirigido hacia la puerta y he
abierto. Nada. No he visto a nadie. Supongo que me lo habré vuelto a
imaginar...
He
pedido algo para cenar. El servicio es bueno, no tardan en traer la comida y ni
siquiera hacen preguntas indiscretas como “¿Todavía
no ha llegado su acompañante?” o
“¿Cuánto tiempo lleva esperando?”.
Eso me ha alegrado bastante...
Después
de haber terminado de cenar he decidido relatar lo que he hecho hasta este
momento. Es un poco estúpido, pero puede resultar entretenido...
Me
siento un poco incómodo. Tras largo tiempo esperando he intentado abrir la
puerta de mi habitación para marcharme, sin embargo, esta parecía atascada. He
llamado al servicio de habitaciones, dicen que no tardarán en venir a echarme
una mano. Espero que no tarden mucho, no me gusta sentirme atrapado...
Esto
no me gusta. Los del hotel tardan demasiado. He intentado volver a llamar pero
el teléfono no suena, es como si se hubiese cortado la línea...
He
probado a gritar para ver si alguien me escuchaba y me ayudaba a salir de aquí.
No he tenido éxito. He decidido tranquilizarme y pensar las cosas fríamente. Me
quedaré aquí por esta noche y seguro que mañana podré salir de esta habitación.
He
vuelto a escuchar ese sonido, pero esta vez procedía del baño. Aunque he echado
un vistazo sigo sin ver nada. Es extraño...siento como si ya no estuviese
solo...
Las
luces se han apagado. Quizás haya algún problema con la corriente eléctrica.
Debería acostarme. Al fin y al cabo no queda otra cosa que hacer tal y como
estoy.
Me
encuentro en el baño. Encerrado. He puesto el pestillo para que no pueda
entrar. No entiendo nada. De repente he sentido un ligero peso en la cama, y,
al poco tiempo, algo frío ha tocado mi pecho. Me he despertado en medio de la
oscuridad y he visto como la sábana se encontraba abultada, sin embargo, al
destaparla, no he podido distinguir nada. Es entonces cuando he escuchado el
sonido de los muelles de la cama y he observado como el colchón se hundía, como
si una persona se estuviese apoyando en él. Alguien o algo se estaba acercando
a mí. No he podido evitar salir corriendo. Aquí me siento un poco más seguro...
Algo
está dando golpes en la puerta. Quiero que se vaya pero no parece querer
dejarme en paz. Por dios, que alguien me ayude...
Ghost.
Cuando
lo he visto entrar me he dado cuenta de que era él. Justo como lo recordaba.
Estoy segura de que él también quiere contarme todo lo que hecho durante el
tiempo que no hemos estado juntos.
He
tocado a la puerta pero parece que no me ha escuchado. Tan absorto en sí mismo
como siempre, quizás debería dejarlo un rato a solas.
Cuando
he tocado por segunda vez he conseguido que me abriera la puerta. He intentado
abrazarlo pero ha actuado como si no me hubiese visto por lo que por poco me
cierra la puerta en las narices. ¿Qué le ocurre? ¿Está enfadado conmigo?
Ha
pedido la cena. No es que tenga mucha hambre pero poder cenar con él de nuevo
me hace inmensamente feliz...
¿Uh?
¿Sólo ha pedido cena para él? Bueno, seguramente imagina que yo no quiero nada.
A fin de cuentas nunca he sido de comer mucho.
Aunque
intente hablar con él, no me responde. ¿Por qué? ¿Por qué continúas
ignorándome?
Parece
que ya se marcha, pero yo quiero quedarme más tiempo. No quiero que se vaya.
Quiero que estemos los dos solos.
Parece
algo agitado. Quizás está enfadado por el ruido que he hecho en el baño. No es
culpa mía el que haya tropezado. Ya sabe que siempre he sido un poco
despistada.
Se
ha ido a dormir. Quizás sea un buen momento para que intente acercarme a él y
le hable.
Al
introducirme en la cama me doy cuenta del frío que hace, quizás debería echarme
la sábana por encima. Es más, probablemente si me acerco a él sentiré más
calor. Seguro que así estará más cómodo conmigo y dejará de ignorarme...
¿Por
qué huyes de mí? ¿Por qué me miras así? ¿Estás asustado? Soy yo. ¿No me
reconoces? Intento acercarme a él pero no hace más que escapar de mí terminando
por encerrarse en el aseo. Yo golpeo y golpeo la puerta. Sólo quiero hablar
contigo. Ya está bien. Esto de ser ignorada está dejando de parecerme una broma...
Ghost & Human.
La
puerta se abrió de golpe. El hombre, asustado, se alejó al más oscuro rincón
del aseo. Se escucharon pisadas dirigiéndose hacia él, deteniéndose el sonido
justo enfrente.
-
¿Qu-quien eres? – preguntó con voz temblorosa el hombre.
Aquello
que lo había seguido hasta allí pareció agacharse y colocar algo frío en
invisible sobre sus dos hombros. Fue en ese momento cuando lo vio. Ante él
apareció un rostro de ojos huecos, nariz inexistente, y una mandíbula a la que
se le podían ver todos los dientes. Del cráneo sobresalía un cabello deshecho y
descuidado, parecido al de una persona que conocía muy bien y que tiempo
anterior lo llevaba de otra manera.
El
hombre abrió mucho los ojos al reconocer a quien tenía delante. Fue entonces
cuando, con voz distorsionada y grave, ella le habló:
-
¿Es que ya no me quieres?
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