EM: -Pero, ¡eso es imposible! ¡Estaba
muerto!
AMM: -¿No había emigrado al norte?
GaM: -Yo creía que había ido a derrotar
a Smaug.
FM/GM: -¡¿Qué es esto?! ¡¿El Hobbit?!
En cualquier caso, me habéis descubierto.
AMM: -Así que he acertado. Y eso que lo
he dicho por probar.
FM/GM: -¡Maldita sea! Bueno, ya da
igual. Todo ocurrió cuando FM creó su videojuego... que, por cierto, fue hace
más de dos años, cuando yo aún tenía contacto tanto con FM como con ERG. En ese
momento, le robé la única copia a FM, la escondí en el cuarto de ERG y situé un
microchip en su interior para que, cuando alguien jugase al juego, se abriese
una conexión vía internet que me permitiese acceder a su programación y
hackearlo para dominar a uno de los jugadores. Por supuesto, también se me
mandaría un aviso a mi ordenador cuando dicha conexión se produjese.
AMM: -Parece un plan súper complejo,
pero se lo ha sacado de la manga.
EM: -Pues como casi todo aquí.
FM/GM: -¡Escuchadme, leches!
GaM: -¿Y todo era por ser mejor que
nosotros?
FM/GM: -Al principio, sólo quería
superarte a ti en los videojuegos, pero, con el tiempo, me di cuenta de que
también debía superar a los demás. Tras sufrir desventuras, derrotas y
deshonores; descubrí que todavía era débil.
AMM: -Mira, él sí que es el Rey Dedede.
FM/GM: -Así pues, renuncié a mi última
traba para ser el mejor en los videojuegos: la amistad. Todo, para venceros
aquí y ahora.
EM: -Y eso, queridos amigos, es lo que yo llamo “plot twist porque sí”.
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